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Ascensión al Castillo Mayor (2020 m)

Ascensión al Castillo Mayor (2020 m)

Situado estratégicamente en pleno corazón del Sobrarbe, la majestuosa mole rocosa del Castillo Mayor constituye un mirador de primer orden en todas las direcciones. Rebasando, por muy poco, los dos mil metros de altitud, debido a su localización permite contemplar las cumbres más emblemáticas de la zona.
Por ser una cumbre bastante aislada, resulta muy llamativa para quien visita la zona, por lo que constituye una excursión muy frecuentada y más que recomendable.
Hoy te presentamos la ruta al Castillo Mayor. ¿Nos acompañas a conocer un poco más?

Últimos metros a cima, con los Sestrales al fondo.

¿Cómo llegar?

Pasada la localidad de Aínsa debemos continuar hacia el norte hasta llegar a Escalona; en la rotonda de dicha localidad es preciso tomar la carretera que surge hacia la izquierda (rumbo al Cañón de Añisclo) y, enseguida, tomar un nuevo desvío hacia la derecha (dirección Belsierre, Puértolas, Escuaín). Tras unos 7 km llegamos a la localidad de Puértolas; un poco más adelante se encuentra la bifurcación de las carreteras que llevan a Escuaín y Bestué. En ese punto existe espacio para aparcar unos seis o siete vehículos.

Bifurcación donde encontraremos sitio para aparcar varios vehículos.

Datos técnicos

Fecha: 28 de marzo de 2021
Inicio y fin de la ruta: bifurcación de carreteras tras la localidad de Puértolas.
Itinerario: Aparcamiento – Collada Custodia – Embudo – A Plana – Falso Collado – Cresta Castillo Mayor – Cima Castillo Mayor – A Plana – Embudo – Collada Custodia – Aparcamiento.
Distancia: 10,03 km.
Desnivel acumulado: 920 metros, tanto de desnivel positivo como negativo.
Altitud:
– Mínima: 1139 metros (inicio del sendero).
– Máxima: 2020 metros (cima Castillo Mayor).
Duración sin paradas: 4 horas y 45 minutos.
Duración, por partes:
– 25 minutos hasta la Collada Custodia (5 minutos de descanso).
– 1 hora y 40 minutos hasta la entrada de A Plana (5 minutos de descanso).
– 2 horas y 10 minutos hasta el falso collado.
– 2 horas y 50 minutos hasta la cumbre (1 hora de descanso).
– 5 horas y 55 minutos hasta el coche.
Dificultad/recomendaciones:
– Ruta relativamente cómoda y bien señalizada, aunque con un desnivel notable.
– Al llegar a la zona de A Plana se observan dos trazas de camino que ascienden, directas de frente, hacia la cumbre. Es más cómodo virar hacia el este hasta alcanzar un falso collado (ver ruta realizada) y luego remontar hasta la cumbre paralelo a la cresta. Recomendamos esta opción puesto que las vistas desde el falso collado ya son impresionantes.
– Sea cual sea la opción que elijamos debemos atravesar una zona de lapiaz, pasando de roca en roca y evitando sus estrechas pero traicioneras fisuras. Precaución en esta zona.
– Llevar agua y protección solar, sobre todo en verano. La ruta transcurre en su práctica totalidad por cara sur, donde el sol y el calor golpean con fuerza.
Track GPS: descargar aquí.
*NOTA: los tiempos, distancia y dificultades encontradas están basados en nuestra experiencia, teniendo en cuenta la climatología, nuestra forma física y experiencia en montaña. Hay que salir al monte siempre bien equipado, con el material y una preparación adecuados, y consultando previamente la previsión meteorológica.

Ruta sobre mapa del IGN.
Perfil de la ruta realizada.
Escala MIDE de dificultad.

Nuestra experiencia en la ascensión al Castillo Mayor

Le teníamos ganas al Castillo Mayor. Aunque uno de los dos ya lo habíamos subido, fue en un día con vistas escasas, y lo cierto es que el Castillo Mayor se caracteriza por ser un amplio mirador. Así que tocaba regresar, uno para conocerlo y otro para redescubrirlo.
Así, tras dejar el coche en la bifurcación de las carreteras a Escuaín y Bestué, nos calzamos las botas, nos ponemos crema solar (ojo, es una ruta donde la insolación es alta, puesto que transcurre en su totalidad por cara sur) y comenzamos a caminar. Frente a nosotros se encuentra la gran mole del Castillo Mayor; no cuesta mucho intuir por dónde asciendo el camino para encontrar el punto más débil de la muralla rocosa
Apenas descendemos unos pocos metros por la carretera que se dirigiría a Bestué, puesto que enseguida reparamos en el sendero que parte, a mano derecha, con una indicación algo precaria que señala “Castillo Mayor, 2h 30 minutos”.

En este punto abandonamos la carretera. Al fondo a la izquierda, el Castillo Mayor.

Abandonamos, pues, la carretera y comenzamos a ascender cómodamente por un camino estrecho, utilizado frecuentemente por los pastores y rebaños de la zona, entre muros de piedras y algunos arbustos de boj.
Vamos trazando un amplio arco, virando progresivamente hacia el este, hasta alcanzar la Collada Custodia (1,1 km, 25 minutos, 1261 metros de altitud), un pequeño prado herboso desde el que tenemos vistas del imponente Castillo Mayor, que muestra una de sus caras más salvajes desde este punto.

Castillo Mayor, imponente.

Tras el prado nos internamos en un pinar bastante frondoso por el cual la senda, a tramos estrechada por la vegetación, transita en continuo pero suave ascenso.
El bosque se abre más adelante, justo cuando realizamos una travesía más llana que nos deja en la base del “embudo”, la zona en que la muralla rocosa muestra cierta debilidad, creando una canal por la que el sendero asciende sin problema. Nos detenemos en este punto a tomar alguna fotografía y beber, puesto que comenzamos a tener una bonita panorámica de la Peña Montañesa y la parte sur del Sobrarbe.

Saliendo del bosque, rumbo al embudo.
Amplias vistas, bosque por doquier.

El camino realiza varias lazadas con fuerte pendiente para superar esta zona; casi sin darnos cuenta salimos ya a terreno más abierto, en que grandes arbustos de boj van dejando paso, progresivamente, a algunos erizones y rocas calizas de color gris blanquecino, típicas en este y otros karst.

El camino comienza a ganar pendiente.
Nos detenemos a contemplar la panorámica.

Seguimos ascendiendo, ahora con más decisión, siguiendo los hitos que nos guían entre los arbustos, por un camino sin pérdida. Paso a paso ganamos altitud y comenzamos a intuir la cumbre del Castillo Mayor, pelada de vegetación y con su coloración gris característica.

El sendero serpentea entre boj y erizones.

El camino suaviza hasta llegar a la vasta planicie conocida como A Plana (3,7 km; 1 hora y 40 minutos, 1747 metros). Imprescindible detenerse en este punto. Ante nosotros se abre un gran valle herboso y llano, donde en ocasiones se pueden encontrar rebaños de ovejas pastando en tranquilidad. Con fortuna, y como es nuestro caso, también se puede observar algún sarrio y, casi seguro, numerosos buitres.
Frente a nosotros se alza la cumbre del Castillo Mayor. Vemos trazas de sendas que se dirigen a la cumbre de manera bastante directa. Si bien podemos tomarlas, resultan duras ya que abordan la pendiente en línea recta. Decidimos, por tanto, tomar una senda algo menos indicada hacia la derecha, pero que resulta fácil de intuir puesto que se dirige por la zona herbosa hasta un falso collado que se intuye en el extremo este del valle.

La senda comienza a suavizar…
… hasta llegar a este hermoso valle colgado. Aunque frente a nosotros aparecen varias sendas (una de ellas la utilizaremos para el descenso)…
…es mejor dirigirse hacia el este, por el tramo herboso.

Nos dirigimos, pues, por el tramo herboso, ganando altura más rápido de lo que pensábamos. No obstante, nos cuesta más de lo que imaginábamos llegar al falso collado (4,8 km, 2 horas y 10 minutos, 1893 metros). Desde este lugar obtenemos una fabulosa panorámica; no en vano, podemos contemplar ya gran parte de las cumbres más emblemáticas del Sobrarbe: Punta Fulsa, Punta Suelsa, Posets/Llardana, Cotiella, Peña Montañesa

Ascendemos siguiendo el tramo de hierba, por donde encontramos, de vez en cuando, trazas de senda y algún hito de piedras.
Aunque no lo parezca, se trata de un tramo de ascenso duro. Al fondo, Sestrales.
Grandiosas vistas al llegar al falso collado.

Tras las fotos de rigor, debemos seguir caminando, ahora rumbo noroeste. Comienza la parte más incómoda de la ascensión, puesto que a partir de este punto la senda se desdibuja y en muchos trechos es preciso ir pasando de piedra en piedra. Se debe extremar la precaución puesto que, a pesar de que no hay pasos difíciles y la roca tiene muy buen agarre, el lapiaz presenta frecuentes hendiduras y afiladas aristas, y un paso en falso puede tener desagradables consecuencias.

Comienza la parte entretenida.
Saltando de roca en roca.

Así, paso a paso (y con buena letra), vamos transitando paralelos a la cresta, siguiendo los hitos de piedra que nos guían por la ruta más sencilla. Es mejor evitar asomarse al borde de la cresta, puesto que el abismo es mayúsculo.

Mejor no acercarse al filo.

El caminar por este terreno se hace lento y pesado, pero pronto llegamos a una cumbre secundaria desde la que ya divisamos todas las cumbres de Ordesa y, lo más importante, la cumbre principal de Castillo Mayor, ya casi al alcance de la mano, coronada por un vértice geodésico.

Ya tenemos, ahí mismo, la cumbre.

Descendemos unos pocos metros hasta un pequeño collado y afrontamos los últimos metros, duros, de ascenso hasta coronar el Castillo Mayor (5,5 km; 2 horas y 50 minutos, 2020 metros). Mientras recobramos el aliento contemplamos la grandiosa panorámica que ante nosotros se vislumbra. Las grandes cumbres de Ordesa, entre las que destaca el Monte Perdido. Las paredes del Valle de Ordesa y el Collado de Añisclo. Sestrales y la Peña Montañesa. Cotiella, Posets y un sinfín de cumbres allá por la Ribagorza, cuyas nevadas cimas se recortan contra el inmaculado cielo azul.

Últimos metros, sorteando el caos de rocas.
Felices en la cima.
Vistas magníficas en todas direcciones.
Monte Perdido, Pico Añisclo, Punta de las Olas y picos Baudrimont.
Medio borrada en la bruma, la Peña Montañesa y las vistas hacia el sur, siguiendo el cauca del Río Cinca.

Disfrutamos de la cima durante, aproximadamente, una hora. Tomamos fotografías, comemos, charlamos… el día soleado y sin viento completa la excelente experiencia.
Emprendemos el camino de descenso siguiendo una senda que, también siguiendo los hitos de piedras, se dirige hacia el valle herboso de manera más directa. Senda sin pérdida (las indicaciones se pueden encontrar cada pocos metros) pero algo delicada puesto que en algún punto la pendiente es acusada y el terreno algo resbaladizo.

Iniciamos el descenso, más directo.
Laberinto de roca caliza.

Una vez llegamos a la zona de prados únicamente nos queda regresar al camino de ida para descender por el mismo hasta llegar al coche, tras casi seis horas de ruta incluyendo las paradas.
En conclusión, el Castillo Mayor es un buen mirador cuya ascensión carece de grandes dificultades, salvo el desnivel y el tramo rocoso; ideal para realizar en jornadas no muy calurosas como pueden ser las primaverales.

¡Hasta la próxima!

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