
Las Gorgas de Alba son otro de esos pequeños tesoros que esconde el Pirineo aragonés y que, aunque relativamente populares, pueden resultar todavía desconocidas para el pirineísta medio. Quizá sea porque más que una ruta de alta montaña se trata de un agradable paseo para toda la familia. Quizá porque las vistas que ofrece del entorno no son las más espectaculares, aunque sí lo sean los magníficos saltos de agua que posee. Quizá porque en un mundo de glaciares y tresmiles, estas cascadas y barrancos pueden parecer casi insignificantes.
Pero, a pesar de todo ello, la ruta circular que nos permite acercarnos a las Gorgas de Alba es, sin lugar a dudas, un verdadero tesoro. De corta distancia y desnivel muy asequible, se trata de una perfecta excursión para realizar en familia, disfrutando de un interesante y didáctico sendero botánico, recorriendo un hermoso hayedo y contemplando los siempre espectaculares saltos de agua de las Gorgas de Alba. ¡Completísima!
Hoy te presentamos la excursión circular a las Gorgas de Alba. ¿Nos acompañas a conocerlas?
Índice de contenidos
¿Cómo llegar al punto de partida de la ruta?
La ruta a las Gorgas de Alba comienza en un aparcamiento situado junto al Hotel Turpi, en la carretera de acceso a los Baños de Benasque. Para llegar hasta allí, desde Benasque/Benás es preciso continuar unos 7 kilómetros por la carretera A-139, para encontrar un desvío a la derecha, bien señalizado (Baños de Benasque/Hotel Turpi). Desde el desvío una carretera estrecha y de asfalto regular desciende unos pocos centenares de metros hasta llegar al hotel. Fuera del mismo hay un par de lugares donde aparcar los vehículos (hueco al menos para 15 o 20 coches).

Datos técnicos
Fecha: 1 de abril de 2023
Inicio y fin de la ruta: aparcamiento junto al Hotel Turpi.
Tipo de ruta: circular.
Itinerario: aparcamiento – sendero botánico S-1 – Mirador de las cascadas – Hayedo – Gorgas de Alba – aparcamiento.
Distancia: 2,94 km.
Desnivel acumulado: 188 metros, tanto de desnivel positivo como negativo.
Altitud:
– Mínima: 1540 metros (puente sobre el río, en la carretera de los Baños).
– Máxima: 1679 metros (parte superior del hayedo).
Duración sin paradas: 1 hora y 15 minutos.
Duración, por partes:
– 22 minutos hasta el Mirador de las cascadas.
– 33 minutos hasta el desvío principal, en la entrada del hayedo.
– 46 minutos hasta el desvío principal, saliendo del hayedo.
– 56 minutos hasta las Gorgas de Alba (10 minutos de descanso).
– 1 hora y 25 minutos hasta finalizar la ruta.
Dificultad/recomendaciones:
– Ruta sencilla, apta para casi toda la familia. Ideal para que los más pequeños aprendan los nombres de plantas y arbustos del camino, gracias al bien explicado sendero botánico.
– Ruta circular, que se puede realizar en ambos sentidos. Generalmente se realiza en sentido antihorario, para dejar las Gorgas de Alba al final.
– Precaución en el hayedo puesto que la hojarasca del suelo puede estar húmeda y resbaladiza.
Track GPS: descargar aquí.
*NOTA: los tiempos, distancia y dificultades encontradas están basados en nuestra experiencia, teniendo en cuenta la climatología, nuestra forma física y experiencia en montaña. Hay que salir al monte siempre bien equipado, con el material y una preparación adecuados, y consultando previamente la previsión meteorológica.



Nuestra experiencia en la Ruta circular a las Gorgas de Alba
Casi nos da vergüenza decir que, aunque hemos recorrido el Valle de Benasque/Benás en incontables ocasiones, la ruta a las Gorgas de Alba todavía estaba nuestra lista de “pendientes”. Por eso, en este fin de semana de previsión meteorológica incierta, decidimos lanzarnos a realizar esta excursión sencilla y cómoda, pero que nos lleva a un rincón de inusitada belleza.
Dejamos el coche en el primero de los aparcamientos junto al Hotel Turpi y comenzamos descendiendo por la carretera, junto al hotel y al segundo de los aparcamientos, en que una decena de vehículos se hallan estacionados.
Cruzamos por un puente sobre el Río Ésera, que baja caudaloso en este atípico y caluroso comienzo de primavera. Pasado dicho puente, un panel explicativo nos describe la ruta de manera somera, junto a una suerte de puerta de madera que supone el verdadero inicio del sendero S-1.



Los primeros metros del sendero serpentean, llaneando, por un terreno boscoso, en el que nos detenemos varias ocasiones a leer los paneles informativos del sendero botánico. Boj y pino negro son los primeros ejemplares detallados en la ruta; no obstante la lista a lo largo de la senda es amplia y resulta muy gratificante aprender un poco más de lo que se va viendo mientras se camina.

Pronto la senda comienza a ganar pendiente, siempre bien definida y señalizada, cada pocos metros, por marcas verde claro y verde oscuro. Nos dirigimos rumbo este por la margen izquierda del Río Ésera, ascendiendo paralelos al mismo.



Pero enseguida la senda se aparta del río y comienza a ganar más pendiente todavía, llevándonos enseguida a un mirador (0,87 km; 22 minutos; 1615 metros de altitud). Desde este punto se observa parcialmente una de las cascadas, destacando también al fondo las cumbres de la Tuca de Salvaguardia (2738 m) y de la Tuca de la Montañeta (2558 m).

Aún nos queda ascender unos pocos metros, por terreno un poco más abierto, hasta alcanzar el desvío principal de la ruta (1,17 km; 33 minutos; 1645 metros). El sendero S-1 viraría hacia la izquierda (oeste); no obstante, merece la pena continuar recto para adentrarse en un bonito hayedo por el que transcurre una breve senda circular, que alarga un poco la ruta aportándole un plus de belleza.



De este modo, continuamos de frente, para internarnos en el corazón del hayedo. Pronto unos carteles nos indican el punto donde comienza y finalizará el bucle entre las hayas. Siguiendo las indicaciones, ascendemos por la izquierda, atravesando un par de riachuelos mediante pasarelas de madera y llegando, en unos minutos, a la parte más alta del hayedo, justo donde el sendero se topa con la pista que llevaría al Hospital de Benasque.


En este punto viramos a la derecha para, tras unos pocos metros, encontrar de nuevo el desvío que nos lleva a descender por el hayedo, bien señalizado. En el descenso tenemos buena vista general del bosque, quizá algo deslucido todavía a comienzos de primavera, pero espectacular y muy colorido en época otoñal.



Finalizamos el bucle y pronto llegamos, de nuevo, al desvío principal de la ruta. Ahora sí, retomamos el S-1 que desciende por el bosque y no tarda mucho en llegar a un espectacular puente sobre el río, que permite obtener buenas panorámicas de las cascadas y la profunda garganta que han creado las aguas furiosas.


Poco después nos encontramos un nuevo desvío. Hacia la izquierda indica “Turpi”, lo que será nuestro camino de regreso; nosotros, sin embargo, nos desvíamos brevemente a la derecha para ascender por unas pasarelas metálicas y llegar al punto más relevante de la ruta: las Gorgas de Alba (1,84 km; 56 minutos; 1620 metros).
Dos espectaculares saltos de agua, caudalosos y ruidosos, se presentan ante nosotros. El rincón, sorprendente, nos fascina. Nos detenemos en este lugar varios minutos, para saborearlo con calma.




Tras ello, regresamos sobre nuestros pasos y en el desvío seguimos las indicaciones de “Turpi”, para descender suavemente por terreno boscoso. En un determinado momento, el bosque se abre, permitiéndonos contemplar brevemente el paisaje circundante.
Un último repecho, breve pero duro, da paso a un nuevo descenso, más largo y continuado, con numerosos paneles del sendero botánico, siempre interesantes.




Finalmente, alcanzamos nuevamente la carretera, junto al aparcamiento donde previamente habíamos dejado el coche (2,94 km; 1 hora y 25 minutos; 1565 m).
En conclusión, la ruta a las Gorgas de Alba es una excursión sencilla y para toda la familia, que permite aprender algo más sobre la vegetación de la zona y disfrutar de un coqueto rincón pirenaico.
