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Excursión al Hayedo y al Pico Peiró (1586 m)

Excursión al Hayedo y al Pico Peiró (1586 m)

Siempre sorprende caminar por el Prepirineo aragonés. Descubrir valles recónditos, alejados de las masas y con un buen número de rincones diferentes pero igualmente hermosos. Valorar esas cumbres más modestas que, sin embargo, ofrecen diferente vegetación, geología y panorámicas. Disfrutar de esos lugares que, aunque menos conocidos, merece la pena conocer.
Es el caso del Pico Peiró, una cumbre que apenas sobrepasa los mil quinientos metros de altitud, enclavada en una zona poco frecuentada pero que guarda un buen puñado de sorpresas. Su hayedo (el Hayedo de Peiró) resulta tan atípico como sorprendente, y el ascenso a la cumbre, sin grandes dificultades técnicas, supone hollar un excelente mirador de casi todo el Pirineo aragonés.
Hoy hablamos de la ruta al Pico Peiró, pasando por el sorprendente Hayedo de Peiró y desviándonos para explorarlo hasta alcanzar el Collado de Sarramiana. Se trata de una bonita ruta en la comarca de la Hoya de Huesca/Plana de Uesca, que no te dejará indiferente. ¿Nos acompañas a conocerla?

¿Cómo llegar al punto de partida?

Para llegar al aparcamiento desde donde comienza la ruta al Pico Peiró debemos ir por la autovía A-23 rumbo norte hasta encontrar el desvío hacia Arguis, el cual debemos tomar. Pasada dicha localidad, un nuevo desvío, ahora a la izquierda, nos lleva por una carretera más estrecha pero con buen asfalto.
Conduciendo unos 2,5 kilómetros por esta carretera se alcanza un nuevo desvío a la izquierda, bien señalizado (Pico Peiró), en el cual inicia una pista de tierra con algún bache de moderado tamaño (apta para casi cualquier vehículo).
Aunque se puede continuar bastante rato por dicha pista y, por tanto, acortar la ruta, lo recomendable es dejar el coche en el cruce de pistas (ver foto), donde hay hueco para unos ocho o diez vehículos.
La ruta comienza por la pista de la derecha, bien señalizada (Pico Peiró).

Desvío de inicio de la pista. Si se va con un coche bajo puede ser necesario dejarlo en los primeros metros de la misma.
Este cruce de caminos es el ideal dejar el vehículo. La ruta comienza saliendo hacia la derecha.

Datos técnicos

Fecha: 19 noviembre 2022.
Inicio y fin de la ruta: cruce de caminos, unos 2,5 kilómetros más allá de la población de Arguis.
Tipo de ruta: ida y vuelta.
Itinerario: aparcamiento – desvío por senda – Hayedo de Peiró – Collado de Sarramiana – Hayedo de Peiró – Pico Peiró – Hayedo de Peiró – desvío a la pista – aparcamiento.
Distancia: 7,43 km.
Desnivel acumulado: 678 metros, tanto de desnivel positivo como negativo.
Altitud:
– Mínima: 1107 metros (aparcamiento)
– Máxima: 1586 metros (Pico Peiró).
Duración sin paradas: 3 horas y 20 minutos.
Duración, por partes:
– 16 minutos hasta el desvío a la senda.
– 55 minutos hasta el Hayedo de Peiró (5 minutos de descanso).
– 1 hora y 17 minutos hasta el Collado de Sarramiana.
– 1 hora y 35 minutos hasta el Hayedo de Peiró.
– 2 horas y 20 minutos hasta la cima del Pico Peiró (10 minutos de descanso).
– 3 horas y 35 minutos hasta el aparcamiento.
Dificultad/recomendaciones:
– Ruta de distancia moderada, pero con desnivel relativamente potente.
– Algunos tramos, sobre todo el inicio de la senda, tienen una pendiente fuerte. En caso de estar mojados o embarrados, como fue el caso, son bastante resbaladizos.
– El Hayedo de Peiró es un lugar mágico; si se realiza la ruta en pleno otoño se disfrutará de su mejor versión.
– La ruta propuesta se desvía al Collado de Sarramiana, para poder conocer explorar un poco más el hayedo. Supone alargar la ruta unos 1,4 kilómetros y unos 150 metros de desnivel; merece la pena.
Track GPS: descargar aquí.
*NOTA: los tiempos, distancia y dificultades encontradas están basados en nuestra experiencia, teniendo en cuenta la climatología, nuestra forma física y experiencia en montaña. Hay que salir al monte siempre bien equipado, con el material y una preparación adecuados, y consultando previamente la previsión meteorológica.

Ruta realizada.
Perfil de la ruta al Pico Peiró.
Escala MIDE de dificultad.

Nuestra experiencia en la excursión al Pico Peiró

Mañana otoñal nieve y frío extremo en el Pirineo aragonés, lo que nos hace pensar en alguna alternativa para disfrutar de una salida al monte en condiciones algo más benévolas. Por suerte, las previsiones meteorológicas en toda la zona prepirenaica son más benévolas, lo que nos lleva a decantarnos por el ascenso a un monte relativamente popular pero absolutamente desconocido para nosotros: el Pico Peiró (1586 m).
Aparcamos el coche y nos ponemos toda la ropa de abrigo. Nos hallamos a algo más de mil metros de altitud, y la temperatura es fresca, en torno a 3ºC. Rachas moderadas de viento hacen que la sensación térmica sea mucho más gélida, por lo que los primeros pasos los hacemos ligeros para intentar entrar en calor.
La ruta comienza por una cómoda pista, que también se podría realizar en coche, y que asciende muy suavemente rumbo oeste. Frente a nosotros se alza ya nuestro objetivo del día, el Pico Peiró, intentando saludarnos a través de una fina neblina.

Empezamos a caminar por pista, en una fría mañana otoñal.
Pronto contemplamos la magnífica silueta del Pico Peiró.

Seguimos por la pista, inicialmente despejada y, posteriormente, entre pinos, hasta alcanzar el desvío, bien señalizado, que nos hace abandonarla y comenzar a caminar por senda (1,1 kilómetros, 16 minutos, 1142 metros de altitud).

Llevamos algo más de un kilómetro de ruta cuando llegamos al desvío en el que abandonamos la pista y comenzamos a ascender por senda.

En un primer momento la senda serpentea, ascendiendo con calma, por un tramo de bosque. Pero pronto comienza a empinarse y a subir, de manera directa, por el bosque. El suelo, resbaladizo por la humedad matutina y las recientes lluvias, nos obliga a prestar precaución, evitando las zonas más embarradas. Algunos escalones construidos con troncos de madera nos permiten avanzar con mayor comodidad.

Empezamos el ascenso.
Algunos tramos de escalones de madera facilitan el ascenso por estos tramos de mayor pendiente.

Atacamos la senda a paso tranquilo, puesto que la pendiente es realmente dura, ya que supera doscientos metros de desnivel en apenas ochocientos metros. Aprovechamos los claros que nos ofrece el bosque para tomar alguna fotografía del paisaje, medio sumergido en la niebla.

Tramo de camino más abierto, en el que tenemos una panorámica del entorno.

Cuando la pendiente suaviza un poco, e incluso descendemos unos metros, llegamos a uno de los puntos más hermosos de la ruta, el Hayedo de Peiró (2,2 km, 55 minutos, 1349 metros). Se trata de un hayedo muy especial, puesto que es uno de los más meridionales del Pirineo aragonés y, en lugar de estar conformado por hayas y algunos abetos, son los tejos los que acompañan a las hayas. A pesar de que en el día de hoy el otoño ya está avanzado y la mayor parte de los árboles ya se encuentran desnudos, la hermosa alfombra de hojas otorga al lugar una belleza absoluta.

Entrando en el hayedo, con el otoño ligeramente ya «pasado».
Llegamos al cruce del Hayedo de Peiró; si seguimos recto iremos hacia el pico, nosotros preferimos desviarnos primero al Collado de Sarramiana.

En este hayedo se encuentra el principal cruce de la ruta, por lo que debemos prestar atención. Si tomamos rumbo noroeste ascenderíamos al Pico Peiró (lo dejamos para más adelante); nosotros decidimos tomar rumbo sur para explorar un poco más el hayedo, en dirección al Collado de Sarramiana/Bolea.
Así, caminamos por la senda, pisando la alfombra de hojas marrones, y ascendiendo durante unos veinte minutos hasta alcanzar el Collado de Sarramiana (2,8 km, 1 hora y 10 minutos, 1510 metros). En el collado la niebla lo cubre todo, por lo que las buenas vistas que suele ofrecer este lugar se encuentran prácticamente reducidas a cero. No obstante, la espectacular cencellada en los árboles y las nubes bajas le confieren un ambiente mágico.

Caminamos por un hermoso manto de hojas.
Llegamos al Collado de Sarramiana, sumidos en la niebla.
Descendemos y llegamos de nuevo al cruce.

Descendemos por el mismo camino, con precaución porque el terreno está resbaladizo, y llegamos de nuevo al Hayedo de Peiró. Toca tomar ahora rumbo noroeste, siguiendo las indicaciones hacia el Pico Peiró.
La senda, inicialmente, asciende de manera muy suave. Se trata de un camino muy estrecho, en el que vamos sorteando grandes arbustos de boj y los siempre llamativos erizones (recomendable llevar pantalón largo para evitar los pinchos de estos últimos).

Senda estrecha, entre arbustos y árboles.
Comenzamos a ganar vistas.

En pocos minutos la senda se abre y gana pendiente. Hasta ahora cómoda, pero progresivamente debemos ir superando algunos escalones que, en algún momento puntual, nos obligan a ayudarnos mínimamente de las manos (sin dificultad ni peligro especiales, eso sí).
Ganamos altitud rápidamente, contemplando a nuestras espaldas el Hayedo de Peiró y los congelados árboles del entorno del Collado de Sarramiana. Aunque el día está bastante nublado, las vistas son notables.

Tramo de mayor pendiente.
Venimos del collado del fondo, con las copas de los árboles totalmente cubiertas de cencellada.
¡Venga, que no queda casi nada!

Continuamos el ascenso, por un sendero señalizado con esporádicos hitos de roca, hasta llegar a un collado herboso (4,1 km; 2 horas, 1491 metros), que ya nos permite contemplar el aislado y recóndito Valle del Garona, en el que destaca la cercana población de Bentué de Rasal.

Llegamos al collado, vistazo hacia atrás.
Vistas hacia el Valle del Garona.

Desde este punto el camino vira hacia el noreste, para volver a ganar pendiente mientras sorteamos la maraña de boj y erizones decorados con cencellada. La noche habrá sido heladora, y a pesar de ser mediodía la temperatura dudamos que supere mucho los cero grados. Con el viento reinante, la sensación térmica no invita a detenerse mucho.

– ¡Hace fresco por aquí arriba!
– ¡Ni que lo digas!

Remontamos estos últimos metros hasta hollar una pequeña antecima y, tras caminar por una cresta sencilla durante unos pocos metros más, llegamos a la cima del Pico Peiró (4,4 kilómetros; 2 horas y 25 minutos; 1586 metros). El sol asoma tímidamente entre las nubes, permitiéndonos contemplar parte del entorno que nos rodea. En días completamente despejados podríamos ver gran parte del Pirineo aragonés, hoy nos limitamos a divisar los valles colindantes y algunas cimas cercanas. No obstante, nos llevamos una muy buena sensación de la ruta.

Venga, últimos metros.
¡Ya casi estamos!
Cima sin muchas vistas, pero cima.
Cuando abre un poco la niebla podemos disfrutar de buenas panorámicas.

Emprendemos el descenso a ritmo tranquilo, por el mismo camino por el que hemos venido. Precaución en los tramos de más pendiente por el barro y la hojarasca, extremadamente resbaladizos.
Finalmente, llegamos al coche tras algo más de tres horas y media de ruta.
En conclusión, la ruta al Hayedo y al Pico Peiró es una excursión de moderada distancia y sin gran dificultad, que permite conocer una bonita zona del Prepirineo y que es un excelente mirador. Si se disfruta en plena época otoñal, el hayedo resulta ser un gran regalo. Más que recomendable.

Aunque los colores del otoño hayan pasado… ¡cualquier momento es bueno para disfrutar del Pirineo!

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