
El Ibón de Estanés es otro de esos regalos que nos ofrece el Pirineo aragonés. Situado a 1777 metros de altitud, bajo las imponentes paredes de la Sierra de Secús, este lago de origen glacial de 0,29 km2 es uno de los más bonitos y visitados de todo el Pirineo.
Existen cuatro rutas principales de acceso al mismo (desde Candanchú, desde el Refugio de Linza, desde Guarrinza y desde Sansanet), aunque la más sencilla, cómoda y transitada es esa última.
Precisamente, la ruta al Ibón de Estanés desde Sansanet es ideal para iniciarse en las excursiones con raquetas, puesto que nos lleva a un rincón hermosísimo por un camino exento de dificultades y que supera el desnivel de manera suave.
Hoy te contamos nuestra experiencia para llegar a este precioso ibón. ¿Nos acompañas?

Índice de contenidos
¿Cómo llegar?
El punto de partida de la ruta se encuentra en el aparcamiento de Sansanet, ya en territorio francés. Para llegar al punto de inicio debemos cruzar el puerto del Somport (ojo, no el túnel) y, unos kilómetros más abajo encontramos, tras una curva cerrada a derechas, una pista que sale hacia la izquierda y donde hay un amplio aparcamiento para, al menos, quince o veinte vehículos.

Datos técnicos
Fecha: 30 de marzo de 2019.
Inicio y fin de la ruta: aparcamiento de Sansanet (Francia).
Itinerario: aparcamiento de Sansanet – cruce GR11 – Puerto de Estanés – Ibón de Estanés – Puerto de Estanés – cruce GR11 – aparcamiento de Sansanet.
Distancia: 9,6 kilómetros.
Desnivel acumulado: 570 metros.
Altitud:
– Mínima: 1320 metros (aparcamiento de Sansanet).
– Máxima: 1806 metros (Puerto de Estanés).
Duración sin paradas: 3 horas y 45 minutos.
Duración total, por partes:
– 1 hora hasta la frontera, donde nos ponemos las raquetas (5 minutos de descanso).
– 2 horas y 15 minutos hasta la orilla del ibón (45 minutos de descanso).
– 4 horas y 10 minutos hasta la frontera, donde nos quitamos las raquetas (10 minutos de descanso).
– 5 horas y 10 minutos hasta el final de la ruta.
Dificultad:
– Ruta sencilla, sin pasos complicados, ideal para raquetas.
– Suele ser una ruta bastante transitada, madrugando evitaremos el gentío.
Track GPS: descargar aquí.
*NOTA: los tiempos, distancia y dificultades encontradas están basados en nuestra experiencia, teniendo en cuenta la climatología, nuestra forma física y experiencia en montaña. Hay que salir al monte siempre bien equipado, con el material y una preparación adecuados, y consultando previamente la previsión meteorológica.




Nuestra experiencia en la Ruta al Ibón de Estanés, con raquetas
El calendario nos indica que ya ha llegado la primavera, tras un invierno más cálido y escaso en nieve de lo habitual. Por dicho motivo, el Pirineo aragonés no ofrece su mejor cara, menos blanca que otros años en estas fechas. Sin embargo, parece que el mes de abril va a comenzar con unas más que necesarias precipitaciones, por lo que decidimos salir al monte el último fin de semana de marzo para realizar una ruta que ya habíamos hecho previamente, la que accede al Ibón de Estanés desde el aparcamiento de Sansanet, en territorio francés. La diferencia es que hoy, por primera vez, la haremos con raquetas de nieve.
Son las 9 de mañana y algún coche, perteneciente a montañeros más madrugadores que nosotros, ya descansa en el aparcamiento de Sansanet. El día es soleado, aunque la temperatura, a la sombra, ronda los 3ºC.
Nos calzamos las botas y, de momento, cargamos las raquetas en la mochila puesto que la nieve apenas cubre, a salpicones, la zona de Sansanet. Un cartel indica varios destinos; el nuestro, Lac d’Estaens (así lo llaman en francés), lo señalan a una hora y media de marcha. Como veremos, este es el horario aproximado en verano, en invierno es algo más.

El camino, bien señalizado, comienza atravesando la Gave d’Aspe sobre un puente y se adentra en el bosque. La luz del sol primaveral baña el suelo tapizado de hojas secas, impregnándolo de un sinfín de tonalidades. Al fondo, entre los árboles, intentan asomar las paredes nevadas del Aspe, Llena de la Garganta y Llena del Bozo.



Ascendemos, mediante lazadas, durante unos 25 minutos hasta llegar a un pequeño prado en el que se juntan varios caminos. A nuestra derecha vemos la Cabane d’Escouret, donde (según el día y la época del año) se puede comprar queso. Nosotros debemos continuar por el camino, bien señalizado, que continúa ganando altitud en dirección oeste.

A partir de este punto el bosque de hayas se abre, permitiéndonos disfrutar de una panorámica más amplia. En algunos puntos pisamos nieve, aunque esta carece de la continuidad necesaria como para que podamos calzarnos las raquetas.



Llegamos, en aproximadamente una hora, al cartel indicador del PN des Pyrénées, lo que supone que abandonamos Francia y entramos a territorio aragonés. Es aquí donde el manto nivoso se torna continuo, por lo que nos detenemos durante unos minutos a descansar, ponernos las raquetas y contemplar las magníficas panorámicas. Unos metros más adelante, nos unimos al GR11, del cual no nos separaremos hasta llegar al ibón.



Ahora la senda, prácticamente labrada en la nieve tras el paso de centenares de montañeros, sigue rumbo oeste llaneando un poco o ascendiendo suavemente. Al fondo ya asoman algunas de las verticales paredes de la Sierra de Secús, bajo las cuales se encuentra el Ibón de Estanés.
Es un verdadero placer caminar por un terreno de tanta belleza en un día de sol radiante y en la más absoluta soledad. Hasta el momento, no nos hemos cruzado con ningún otro montañero; sólo hemos visto uno a lo lejos.



Paso a paso, a ritmo tranquilo y deteniéndonos a tomar fotografías cada pocos metros, llegamos al Puerto de Estanés (1806 m; 2 horas de marcha). Aquí ya podemos contemplar la inmensa planicie nevada correspondiente al ibón, bajo altivas y amenazadoras paredes. Majestuoso y realmente hermoso este rincón del Pirineo.


Decidimos descender a las orillas del ibón, a descansar y comer algo sentados en unas rocas que emergen, cual islas, sobre el manto blanco. Disfrutamos de este paraje inmenso, en silencio y soledad durante un buen rato. Aprovechamos para comer y tomar decenas de fotografías, puesto que la ocasión lo merece.
Poco a poco, algún grupo de montañeros (sobre todo franceses), hace acto de presencia. Aunque muchos de ellos regresarán por el mismo camino, otros se disponen a realizar alguna ruta circular en la zona, como la que regresa por el Puerto de Bernera hasta Espelunguère. Zona de sendas infinitas, todas ellas bellísimas.






Tras el descanso emprendemos el camino de vuelta, en el cual nos cruzamos a numerosos montañeros; algunos de ellos caminando con material no apto para la actividad. Aunque se trata de una excursión sencilla y sin pasos de dificultad, estamos en territorio de montaña y es preciso ir con la vestimenta, calzado y preparación adecuados.
El sol ha calentado la nieve a lo largo de la mañana, fundiendo sus capas más superficiales y tornándola pastosa y resbaladiza en algunos puntos. Con raquetas no tenemos mayor problema pero comprobamos que, sin ellas, nos hundiríamos bastante.



Una vez entramos, de nuevo, al PN des Pyrénées, comenzamos a descender con mayor velocidad, por la cómoda senda que atraviesa el bosque.



Finalmente, tras un poco más de cinco horas, incluyendo paradas, llegamos al coche.
En resumen, la ruta al Ibón de Estanés desde Sansanet es una excursión sencilla, apta para casi todos los públicos e ideal para iniciarse en el mundo de las raquetas de nieve. Precioso en cualquier época, cuando se tiñe de blanco nos muestra su cara más mágica. Repetiremos.

Las fotos me parecen espectaculares. Enhorabuena y seguid así. ¿Las raquetas son indispensables?
Hola Laura, ¡muchas gracias!
Bueno, indispensables al 100% no, pero facilitan muchísimo el avance, evitan resbalones o hundimientos en la nieve y son una excelente experiencia. Así que, para nosotros, deben ir en la mochila 😉