Querido 2017,
Han pasado ya 365 días desde aquella tarde de invierno en que nos despedíamos, con nostalgia, de tu hermano, el 2016.
Desde entonces la Tierra ha dado una gigantesca vuelta al Sol; nosotros tampoco queríamos ser menos y no nos apetecía en absoluto quedarnos quietos.
Así, el 5 de enero, nada más conocerte, emprendimos uno de los viajes que más nos ha marcado. Sri Lanka nos cautivó con su impresionante naturaleza, su excelsa historia y su excelente gastronomía. Aunque, sin duda, la simpatía, la amabilidad y la eterna sonrisa de los ceilaneses será lo que quede en nuestro recuerdo para siempre.
Han pasado ya 365 días desde aquella tarde de invierno en que nos despedíamos, con nostalgia, de tu hermano, el 2016.
Desde entonces la Tierra ha dado una gigantesca vuelta al Sol; nosotros tampoco queríamos ser menos y no nos apetecía en absoluto quedarnos quietos.
Así, el 5 de enero, nada más conocerte, emprendimos uno de los viajes que más nos ha marcado. Sri Lanka nos cautivó con su impresionante naturaleza, su excelsa historia y su excelente gastronomía. Aunque, sin duda, la simpatía, la amabilidad y la eterna sonrisa de los ceilaneses será lo que quede en nuestro recuerdo para siempre.
Minutos después de descender de la gran roca de Sigiriya. |
De regreso de Sri Lanka hicimos una pequeña escala en Dubai. Apenas 6 horas bastaron para hacernos una idea de lo que puede ofrecernos esta ciudad futurista. Nos quedamos con ganas de más, pero sabemos que algún día tendremos otra escala allí…
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A nuestras espaldas el edificio más alto del mundo, el Burj Khalifa. |
Tu invierno se aproximaba a su fin cuando decidimos visitar la comarca de Gúdar-Javalambre. Este rincón turolense es uno de esos destinos fabulosos que, aun estando cerca de casa, se nos resistía. Y mereció la pena disfrutar de la paz y la gastronomía de sus bellas localidades.
Radiante día en Mora de Rubielos. |
Pronto, 2017, nos ofreciste tu abril, lo que fue una gran oportunidad para cruzar el charco y descubrir esa isla de contrastes llamada Cuba. A pesar de las luces y sombras del viaje, nos bañamos en playas paradisiacas y visitamos lugares tan históricamente relevantes como la Plaza de la Revolución de La Habana.
Posando en la Plaza de la Revolución, en La Habana. |
De regreso a casa el paisaje se había teñido de verde, y la nieve de las montañas comenzaba a fundirse bajo un radiante sol primaveral. Se acercaba la época en que más subíamos a nuestro Pirineo. Así, visitamos un rincón de leyenda: el Ibón de Plan. A este le siguieron otras cimas como la ansiada Peña Montañesa o la grandiosa ruta hasta el Vértice de Anayet por la Canal Roya.
Ibón de Plan o Basa La Mora: un lugar de leyenda. |
Solitaria cima en la Peña Montañesa. |
Descendiendo del Vértice de Anayet. En primer plano el Anayet y, al fondo, el Midi d’Ossau. |
Nos trajiste el calor veraniego, 2017; fue entonces cuando decidimos alternar las salidas al monte (como aquel fantástico día en el Pico Sacroux) con escapadas a la playa. Así pues, en julio recorrimos a fondo la Costa Brava, mientras que en agosto atravesamos los Pirineos para conocer el País Vasco Francés.
Grandiosas vistas en las proximidades de la cima del Pico Sacroux. |
Pequeñas calas en la Costa Brava. |
Paisaje típico del País Vasco francés. |
Septiembre comenzó con una ruta de montaña preciosa y poco conocida por los ibones del entorno de Llauset; aunque tu plato fuerte estaba todavía por llegar.
Fabulosa perspectiva desde la Collada d’Angliós. |
Porque sí, nuestro gran viaje llegaba a unos días después. Tocaba cruzar de nuevo el Atlántico para llegar a Estados Unidos. La idea era, cuando menos, apasionante: recorrer la ruta 66 casi en su totalidad, desviándonos para visitar los grandes parques nacionales de EEUU. Y, aprovechando, conocer California de norte a sur. Un viaje épico e inolvidable, de los que marcan un antes y un después.
Preciosos colores en Antelope Canyon. |
Nos ofreciste, 2017, un otoño memorable. No queríamos perdernos el espectáculo de los bosques otoñales en el Pirineo. El Cañón de Añisclo, primero, y los Miradores de Revilla, después, fueron los lugares escogidos para disfrutar de la eclosión de colores que siempre nos regalan estas fechas con un tinte melancólico.
Las hojas caían una a una de los árboles, cual segundero que marcaba tu cuenta atrás. 12 meses, 365 días. Sin darnos apenas cuenta, se aproximaba tu despedida.
Hoy, 2017, queremos decirte adiós. Adiós y gracias por todo. Ha sido fantástico conocerte y que, también, nos permitieras conocer otra pequeña parte del planeta. Te recordaremos con mucho cariño.
Un abrazo fuerte,
Pedro y Paula.
Hoy, 2017, queremos decirte adiós. Adiós y gracias por todo. Ha sido fantástico conocerte y que, también, nos permitieras conocer otra pequeña parte del planeta. Te recordaremos con mucho cariño.
Un abrazo fuerte,
Pedro y Paula.
Con botas y mochila en las playas de Sri Lanka. ¡Hasta siempre, 2017! |
PD: avisa a tu hermano pequeño, el 2018, que lo conoceremos desde Italia 😉
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