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Pico Sacroux (2675 m)

Pico Sacroux (2675 m)

Subiendo al Pico Sacroux, excelente mirador del macizo de las Maladetas.
El Sacroux es un pico que siempre nos ha tenido enamorados. Desde que lo subimos por primera vez una primavera de 2011 y descubrimos que es una de las mejores atalayas del Pirineo Aragonés, en varias ocasiones habíamos hablado de repetirlo. Bien por la previsión de mal tiempo o por elegir otros objetivos, no ha sido hasta julio de 2017 en que hemos vuelto a hollar su cima.
Aunque no es una jornada excesivamente dura, está cerca de los 1000 metros positivos y tiene algún paso “con miga” para llegar a la cima del pico, por lo que se requiere una aceptable forma física y cierta destreza en montaña. Sin embargo, la ruta hasta el Ibón de Gorgutes es mucho más breve, carente de dificultad y que se puede realizar por mucha más gente (puede ser una ruta ideal para iniciar a los niños en la montaña), con unas vistas espectaculares.
Para llegar al inicio de la ruta debemos atravesar la localidad de Benasque/Benás y continuar por la carretera A-139 hacia el norte, obviando el desvío a los Llanos del Hospital, y dejar el coche justo donde finaliza la inacabada carretera (que originariamente debía llegar hasta Francia).
Descendiendo de la cima. Bajo nuestros pies el Ibón de Gorgutes, con un excelente telón de fondo.
Nuestra ascensión al Pico Sacroux
Fecha: 29 de julio de 2017
Itinerario: Fin de la carretera A-139 – Ibón de Gorgutes – Puerto de la Glera – Pico Sacroux – Puerto de la Glera – Ibón de Gorgutes – Ibón de la Solana de Gorgutes – Fin de la carretera A-139.
Altitud máxima y mínima:
– Máxima: pico Sacroux (2675 m).
– Mínima: inicio de la ruta (1798 m)
Desnivel acumulado: 948 metros de desnivel positivo.
Distancia: 9,06 km.
Duración:
– 1 hora y 20 minutos al Ibón de Gorgutes.
– 1 hora y 30 minutos al Puerto de la Glera.
– 2 horas y 15 minutos a la cima del Pico Sacroux (20 minutos de descanso).
– 5 horas y 30 minutos al coche de nuevo (contando más de 1 hora de paradas a comer y hacer fotos).
Climatología:
– En la cima algo nublado y ventoso, con fría sensación térmica.
– El resto del camino sol radiante.
Atención:
– Únicamente prestar atención en un tramo algo más inclinado, sobre rocas (con buenos apoyos) unos 10-15 minutos antes de llegar a cima. Quizá conviene ayudarse un poco con las manos, pero no es del todo necesario.
– Hasta el Ibón de Gorgutes es un recorrido precioso para todos los públicos, incluyendo niños.
Ruta realizada. En rojo el ascenso y en verde el descenso.
Perfil de la ruta realizada, según el reloj GPS.
Escala MIDE de dificultad.
Son las 07:20 de la mañana y se nota el fresco a 1798 metros de altitud. En el final de la carretera hay 2 o 3 coches aparcados; algún montañero se despereza mientras nosotros tomamos un batido de chocolate y nos calzamos las botas.
La previsión del tiempo es buena en esta zona, aunque posiblemente haya tormentas aisladas por la tarde. Como siempre, ha sido una excelente idea madrugar.
Justo donde finaliza la carretera vemos los carteles indicadores de la ruta: Ibón de Gorgutes 1h 30 min y Puerto de la Glera 1h 45 min. Así pues, tomamos la senda que parte hacia la izquierda con bastante pendiente, indicada mediante marcas en las rocas con pintura verde clara y verde oscura.
Finaliza la carretera y comienza nuestra senda, hacia la izquierda.
Nuestros primeros pasos son por terreno boscoso, ganando altura mientras a nuestras espaldas el valle de Benasque se despierta, con el sol comenzando a iluminar algunas de las cumbres. Hemos venido aquí en incontables ocasiones y nos sigue enamorando como el primer día.
Luces del amanecer. ¡Arriba, que ya es hora!
Sobre la cota 2000 m abandonamos el bosque de pino negro para llegar a una zona abierta, de prado. Caminamos por la margen derecha del torrente de Gorgutes, y frente a nosotros apreciamos el camino que asciende más adelante, realizando una amplia lazada en dirección este. De vez en cuando echamos la vista atrás, puesto que ya asoma el espectacular macizo de las Maladetas, con sus cumbres que rebasan claramente los 3000 metros. 
Durante un buen rato caminamos pegados al Torrente de Gorgutes.
No tardamos mucho en llegar a un punto en el que la senda cruza el torrente de Gorgutes, en dirección norte. Quizá este desvío no está demasiado bien indicado (porque hay un par de trazas de senda que pueden despistar), pero debemos seguir el camino más pisado, atravesando el pequeño caudal de agua por encima de unos gruesos troncos que hacen de puente.
Aunque pueden entrarnos dudas porque no está bien señalizado, debemos cruzar el riachuelo por encima de los troncos.
Vista atrás al torrente cruzado.
Unos metros después veremos pintado, sobre una gran roca, el principal desvío de la ruta. Hacia el oeste podemos dirigirnos al Puerto Biello (que visitaremos en otra ocasión) y hacia el norte nos indica el Ibón de Gorgutes, siguiendo las trazas de pintura verdes. 
Bien señalizado. Nosotros hacia la derecha.
Llaneamos por un prado brevemente para pronto virar hacia el este con la intención de ascender una amplia loma, la cual superamos en torno a la cota 2200. En ese momento la senda vuelve a tomar dirección oeste, y vemos enfrente la gran mole del Pico del Puerto Biello/Mall Pintrat, claro dominador de este rincón del valle, con sus características paredes de tonalidades múltiples.
Ahora la pendiente suaviza un poco, lo que se agradece puesto que el sol ya ha empezado a hacer acto de presencia y la temperatura sube rápidamente. 
Ascendiendo vigilados por la mole del Pico del Puerto Biello (también conocido como Mall Pintrat)
Ya va quedando menos. Abajo a la izquierda asoma parcialmente el Ibón de la Solana de Gorgutes.
Sale el sol y comienza a hacer un calor potente… Aquí no imaginábamos el frío que haría en cima.
Encontramos a nuestra izquierda un “mirador” desde donde tomar fotografías con un telón de fondo incomparable (hay una piedra grande que viene perfecta para colocar el trípode de la cámara, si lleváis uno pequeñito como nosotros). Imprescindible una breve parada aquí para descansar y contemplar el paisaje.
Excelente mirador. Sobre la piedra grande podemos colocar la cámara para hacernos alguna «autofoto».
Este es el resultado de la autofoto. ¿A que apetece venir aquí a hacérsela?
Tras el parón por las fotografías, reemprendemos la marcha de nuevo hacia el norte, hasta llegar a la cubeta del Ibón de Gorgutes (2313 m). Nos ha costado apenas 1 hora y 20 minutos llegar hasta aquí, incluyendo el descanso para las fotos; como hemos comentado anteriormente el acceso hasta el ibón es una ruta perfecta para iniciar a niños en la montaña, seguro que no les defraudará.
Son apenas las 08:45, y en el ibón reina la tranquilidad. Tan solo un par de montañeros, que caminan un centenar de metros por delante, nos acompañan en el monte a estas horas. Ya asoma, tras el ibón, la cima del Pico Sacroux, que parece modesta en altitud pero vertical desde aquí. Como después veremos, no es para tanto.
Ibón de Gorgutes, parcialmente en sombra. Al fondo, justo en medio, la redondeada cima del Pico Sacroux.
Decidimos no detenernos y continuar la marcha, bordeando el ibón por su orilla este, hasta llegar al Puerto de la Glera (2364 m) tan solo 10 minutos después. Desde este punto merece la pena detenerse a fotografiar el ibón con los nevados tresmiles detrás. Extraordinario paisaje.
Una vez llegamos al puerto podemos asomarnos a la vertiente francesa, más verde y arbolada. Sin embargo, nosotros nos desviamos hacia el oeste, por donde asciende un camino evidente en dirección a la cima del pico Sacroux.
Si bien cuando subimos hace unos años en este punto el camino se perdía con facilidad, ahora está perfectamente señalizado con hitos de piedras y con unas pequeñas marcas de color verde, fáciles de distinguir en terreno rocoso. 
Bordeando el Ibón de Gorgutes en dirección al Puerto de la Glera.
Llegamos al Puerto de la Glera.Aunque no debemos ir en esa dirección, sino girar hacia el oeste…
…para poder disfrutar de estas vistas.
Seguimos la senda que asciende hacia el oeste.
Debido a la altitud, la hierba desaparece progresivamente para dejar paso a un canchal de piedras por el que caminamos. De vez en cuando vemos algún nevero que sobrevive todavía a los calores del verano.
Al llegar a la base del pico vemos que el terreno se pone algo más vertical. En este punto llegamos al único tramo de la ruta que tiene cierto peligro, aunque se pasa sin problemas (con precaución, como siempre). Tenemos que superar unos metros de roca con buenos apoyos, en los que, para mayor seguridad, podemos ayudarnos brevemente de las manos. No se trata de una zona muy expuesta, pero hay que andar con cuidado.
El Puerto de la Glera ya queda ahí abajo. Tramo de ascenso constante.
Pintado en rojo el recorrido, aproximado, que nos lleva a la cima. Precaución. (Clic en la imagen para ampliar)
Superado este punto nos quedan las últimas decenas de metros por un terreno algo descompuesto, hasta alcanzar la cima a las 09:45 (2 horas y 15 minutos desde el inicio de la ruta).
La cima es un mirador privilegiado. Contemplamos el valle de Benasque casi en su totalidad: Forcanada, Mulleres, Maladeta, Alba…son algunas de las cumbres que llaman primero nuestra atención. Bajo estas últimas asoman ya los hielos del glaciar de la Maladeta, flojo de nieve a estas alturas del año. Hacia el oeste destaca la esbelta figura del Salvaguardia y la Tuca de la Mina. Hacia el oeste el otro gran macizo de tresmiles de la zona: Boum, Maupas, Crabioules…
A pesar de las espectaculares vistas no podemos detenernos demasiado tiempo en la cima, puesto que está algo nublado y el fuerte viento hace descender rápidamente la sensación térmica. Por tanto, tras las fotos de rigor, decidimos emprender el camino de regreso.
Último esfuerzo antes de la cima.
Sonrientes a 2675 metros de altitud.
Al fondo se distingue el Puerto de la Glera y el Ibón de Gorgutes, bastantes metros por debajo de nosotros.
Los rayos del sol juguetean con las nubes ante la mirada imponente del Salvaguardia y la Tuca de la Mina.
Los otros tresmiles de la zona: Boum, Maupas, etc…
Cuando llevamos unos 10 minutos descendiendo el viento amaina y vuelve a brillar un sol radiante, por lo que nos tomamos la bajada con calma y paramos cada pocos metros a tomar fotografías; ahora sí, con un día luminoso.
Descendiendo, con cuidado.
Ha salido el sol y ha parado el viento. ¡Fotos, fotos, fotos!
Saltando de roca en roca. A esta altitud aún resiste algún nevero.
Nos detenemos durante más de media hora a desayunar cerca de la orilla del ibón, mientras observamos cómo llegan progresivamente montañeros que han venido a pasar la mañana del sábado en la zona.
Paramos a desayunar con estas vistas. Nada mal, la verdad.
Asoma bastante hielo en el Glaciar de la Maladeta.
Pronto nos damos cuenta de que ya no es un lugar tan solitario, así que optamos por regresar a ritmo tranquilo por el mismo camino por el que hemos subido, cruzándonos con una auténtica romería de gente.
Sin embargo, nos falta por acercarnos al Ibón de la Solana de Gorgutes, algo escondido y muchísimo menos concurrido que su “hermano mayor”. Para llegar a él veremos, cuando estamos sobre la cota 2250, un pequeño desvío no señalizado (pero con trazas de senda) en dirección norte. En menos de 5 minutos nos deja en la orilla del ibón.
Tan cercano y tan olvidado, no encontramos a nadie en este lugar, por lo que nos tumbamos brevemente a descansar.
Con las energías algo recargadas reemprendemos la marcha, disfrutando del camino de vuelta, bastante masificado a estas horas.
Si nos fijamos bien, al descender, veremos ese pequeño desvío que nos lleva al Ibón de la Solana de Gorgutes.
Aquí sí que estamos tranquilos.
Por fin, sobre las 13:00 llegamos al coche. Donde a primera hora de la mañana había apenas 3-4 coches, ahora se cuentan por decenas. ¡Qué bien hemos hecho en madrugar, nos ha salido una jornada perfecta!
Así pues, para concluir podríamos decir que el ascenso al Ibón de Gorgutes es una excursión breve apta para casi todos los públicos y con unas vistas increíbles; para los que están más en forma se puede completar con el ascenso al Sacroux, uno de los mejores miradores del Pirineo, al que seguro volveremos en otra ocasión.
¡Ha sido un día estupendo!

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