
Milos, ya lo decíamos antes, fue una de las mejores experiencias que tuvimos en nuestro viaje por Grecia. Exquisita gastronomía, pueblos de postal y un buen número de playas que merece la pena visitar.
Quedaría quizá algo grandilocuente el hablar de las diez mejores playas, o de las ocho más bonitas, o incluso atreverse con frases del estilo “Las cinco playas que no deberías perderte en tu viaje a Milos”. Evidentemente, en nuestra estancia en tan idílica isla no pudimos visitar todas y cada una de sus playas, por lo que dichas afirmaciones serían, cuando menos, un tanto pomposas y pretenciosas.
No obstante, sí que pudimos aprovechar para conocer unas cuantas, las más accesibles y populares, situadas, fundamentalmente, en la parte norte y este de la isla, aunque también hay algunas por el sur. El remoto oeste de Milos, con accesos difíciles (no aptos para turismos normales), se quedó en el tintero. Por tanto, podemos opinar de las que conocimos y que nos gustaron más o menos, recomendando aquellas que consideramos merecen la pena y explicando los motivos por los que las otras no nos parecieron tan atractivas.
Sin ser un destino popular por sus playas, como las vecinas Mykonos o Naxos (entre otras), debemos reconocer que muchas de las que pudimos visitar en Milos tienen peculiaridades que las hacen curiosas, extrañas, sorprendentes y fascinantes.
Algunas de ellas, populares y humanizadas; otras, aisladas y casi vírgenes. Hoy queremos acercarte a las playas de Milos, ¿nos acompañas a conocerlas?
Índice de contenidos
Firopotamos
Playa de pequeño tamaño, situada junto a la localidad homónima, con sus bonitas y coloridas casas de pescadores.
Se puede acceder en coche, por una pista asfaltada aunque estrecha y con bastante pendiente; se aparca casi en la misma playa.
Se trata de una playa de arena/piedras muy finas, cómoda y agradable, aunque con pocas sombras.
En el entorno no hay ningún chiringuito/bar donde poder tomar algo, por lo que es recomendable ir provistos de comida/bebida.
Cuando la visitamos (junio 2021) no había apenas gente a media mañana; conforme se acercaba el mediodía sí que vino más gente pero se seguía estando muy tranquilo y cómodo.
Nota: 7.



Tourkothalassa
Junto a la localidad de Mandrakia, retrocediendo unos pocos metros por la carretera, parte un camino que, en unos cien metros, nos permite descender a la playa de Tourkothalassa.
Aunque de gran tamaño y bastante bonita desde arriba, lo cierto es que en las dos ocasiones que la visitamos no había ni una sola persona bañándose y nos decepcionó bastante al caminar por ella.
Playa de piedras pequeñas, llamaba la atención la gran cantidad de algas que había junto a la orilla, motivo probable por el que fuera una playa tan poco frecuentada.
No hay chiringuitos/bares en la misma, aunque el pueblo está bastante cerca (se puede ir caminando en menos de diez minutos).
Precaución en el camino de descenso y en el tramo inicial de la playa, por desprendimientos del cercano acantilado.
Sin sombras.
Nota: un 4,5.


Sarakiniko
La playa de Sarakiniko es una de las más populares y fascinantes de la isla de Milos. El acceso se realiza por carretera asfaltada, dejando el coche en un amplio aparcamiento y debiendo caminar unos trescientos metros por una pista. Al final de esta, unas rocas blanquecinas muy fotogénicas que podemos recorrer en busca del lugar donde queramos plantar nuestras toallas.
Aunque realmente no es una playa como tal, sino más bien un surrealista conjunto de rocas blancas, muchas de ellas son lo suficientemente planas como para tumbarse a gusto.
Hay varios puntos en los que es posible saltar al mar desde una pequeña altura, pudiendo acceder de nuevo a las rocas por una suerte de escalones excavados en las mismas.
Apenas hay sombras en todo el lugar, sólo en una pequeña zona muy concreta. Tampoco hay ningún bar, aunque el día que fuimos había una food-truck en el aparcamiento.
Al tratarse de una playa muy popular, suele haber mucha gente, sobre todo en las horas centrales del día. Si se madruga, se puede disfrutar de mayor tranquilidad.
Dicen que es un lugar fascinante de noche, sobre todo los días de luna llena (dato que no podemos confirmar).
Nota: 8,5.



Kleftiko
Kleftiko tampoco es una playa, sino un conjunto de acantilados, cuevas y arcos de roca en un entorno de belleza apabullante. Únicamente alcanzable mediante barco (los tours más habituales llevan hasta allí), se trata de una zona de límpidas aguas turquesas, formaciones geológicas espectaculares y que invita al baño y al disfrute.
Se trata de un destino muy popular, por lo que resulta frecuente que haya mucha gente por la zona, lo que quizá le resta un poco de encanto.
Evidentemente, no hay bares ni chiringuitos en la zona, aunque los barcos de los tours suelen incluir bebida y comida en la ruta.
Aguas espectaculares, de las más bonitas que vimos en Milos.
Nota: 8.


Gerontas
A pesar de que se puede acceder en coche (por pista en regular estado) y caminando por un sendero bastante complicado, lo habitual es llegar a la playa y su entorno en un tour en barco (que incluye también la zona de Kleftiko). No obstante, estos tours generalmente no llegan a la propia playa sino que se quedan cerca de los acantilados y cuevas, donde las aguas azul turquesa son más profundas y permiten el nado sin complicaciones.
Menos abarrotada que Kleftiko, su entorno no es tan bello como esta; sin embargo, habitualmente tiene menos gente, por lo que se puede nadar más tranquilamente.
Se trata de una playa de acceso muy complicado, por lo que no hay ningún edificio donde poder tomar o comer algo.
Nota: 7,5.

Gerakas
Otra playa de acceso únicamente en barco, de gran tamaño y arena/piedras muy finas, situada en un enclave espectacular, con grandes paredes rocosas de fondo.
Apenas se acerca gente a visitarla (sólo algunos tours en barco), por lo que es fácil disfrutarla prácticamente en soledad.
En su parte derecha, mirándola de frente, hay una zona de aguas más calientes y cierto olor a azufre, fruto de la actividad volcánica en la zona.
Dado lo remoto de la playa, no hay ninguna edificación donde poder comprar comida y/o bebida.
Nota: 8.

Tsigkrado
Posiblemente se trate de una de las playas más peculiares de la isla de Milos, dado que se encuentra encajonada en un entrante de mar y el acceso a la misma se realiza mediante una característica escalera de madera.
Para llegar a la zona se puede ir en coche, por una pista de tierra en buen estado; aparcar y, posteriormente, hay que descender por una fisura en la roca ayudándose por una cuerda y, después, por la famosa escalera de madera. Cuando fuimos nosotros (junio 2021), la escalera estaba en bastante mal estado y vimos a algunas personas pasarlo regular para acceder desde la playa hasta dicha escalera (por tanto, playa no accesible para todo el mundo).
Es una playa de piedras pequeñas, también de pequeño tamaño, que suele estar bastante llena de gente. Carece de chiringuitos o bares donde tomar algo.
Así, a pesar de su idílica localización, su acceso complicado y el hecho de que esté tan llena de gente no nos gustó demasiado.
Nota: 5,5.


Firiplaka
FIriplaka es la playa que nos enamoró en nuestra estancia en Milos. Se trata de una playa de gran tamaño, a la que se accede por una pista de tierra en buen estado, con una buena zona de aparcamiento.
A la entrada de la misma hay un bar con tumbonas, sombrillas, etc. y, por tanto, mucha gente (es una de las playas más populares de Milos). Sin embargo, caminando hacia el fondo de la playa la situación se tranquiliza y apenas hay nadie, en una zona de rocas multicolor preciosa (sobre todo con las luces del atardecer). El suelo de la playa es de piedras pequeñas.
Nota: 9.



Agia Kyriaki
Punto de partida para la excursión en barco por las playas del sur; se trata de una playa de arena, de gran tamaño y con acceso muy sencillo (carretera, aparcamiento grande en su entrada).
El día que la visitamos no había demasiada gente, únicamente en los alrededores del bar situado en su entrada; el resto de la playa muy tranquilo. Apenas hay sombras, por lo que conviene llevar sombrilla.
Otra de nuestras playas preferidas en la isla.
Nota: 8,5.

Paliochori
La playa de Paliochori es otra de la joyas que guarda la isla de Milos.
El acceso a la misma es por carretera, con un gran aparcamiento en la entrada (incluso hay parada de autobús justo allí).
Se trata de una playa de arena, en la que se pueden encontrar varios bares y un restaurante donde tomar algo o comer.
En la zona de entrada suele estar animada, pero caminando un poco (hacia la zona con rocas de aspecto volcánico), se puede encontrar mucho sitio y tranquilidad.
De las que más nos gustaron y podemos recomendar.
Nota: 9.


Voudia
Situada en el extremo oriental de la isla de Milos, lo cierto es que el primer vistazo que se echa a la playa de Voudia es, cuando menos, desconcertante: el acceso se realiza junto a una gran fábrica de extracción de minerales, por lo que inicialmente no gusta demasiado.
Sin embargo, una vez aparcado el coche (pequeño aparcamiento, se accede por carretera), y caminando hacia el fondo de la playa, se puede disfrutar de una amplia playa de piedras finas/arena con aguas azul turquesa y casi inexplorada.
Merece la pena dirigirse hacia el final de la misma, superando un pequeño espolón rocoso (tocará caminar por el agua unos metros), y llegar a una zona de rocas volcánicas (ligero olor a azufre). Tras ella, se abre otra pequeña playa mucho más agradable y bonita.
No hay chiringuitos ni apenas actividad humana; recomendable llevar sombrilla.
Para nosotros, una de las grandes sorpresas.
Nota: 8.


Pollonia
La localidad de Pollonia es una de las más turísticas de Milos, y en ella hay una pequeña playa, quizá la más “urbana” de toda la isla. El acceso, por tanto, es sencillo y existen numerosas plazas de aparcamiento por la zona.
En la población hay numerosos bares y otros servicios, inexistentes en otras playas de la isla, como duchas y cabinas para cambiarse.
Habitualmente muy frecuentada, al estar en un enclave muy turístico.
Aunque no está nada mal (arena fina), no fue una de las playas que más nos gustaron.
Nota: 7.

Papafragas
Se trata de otra de las playas peculiares de Milos.
Acceso por carretera; desde el aparcamiento hay que descender los acantilados por un camino relativamente sencillo.
Playa de muy pequeño tamaño y arena oscura, situada en una entrada del mar, entre acantilados (precaución caída de piedras). Por su curioso emplazamiento es muy visitada; al ser tan pequeña es fácil no tener sitio ni siquiera para estirar la toalla.
Aunque curiosa, no nos convence este estilo de playa.
Nota: 6.


Alogomandras
Tras recorrer un par de kilómetros por una pista en buen estado, accesible para cualquier turismo, se encuentra un pequeño aparcamiento. Desde allí, caminando unas decenas de metros, se alcanza una pequeña lengua de mar que ha formado una cueva bajo la cual existe una pequeña y bonita playa de arena/piedrecitas finas.
Aguas tranquilas y sitio suficiente para disfrutar casi en solitario.
Aunque no hay bar en la propia playa, sí que existe un pequeño local a 300-400 metros, donde poder avituallarse.
Si bien no nos pareció la playa más bonita, sí que fue una de las que más pudimos disfrutar.
Nota: 8,5.


Podríamos concluir que las playas en Milos son variadas, curiosas y sorprendentes. Desde grandes playas con bares y tumbonas (como Paliochori, Firiplaka o Pollonia) a otras casi vírgenes (Voudia, Gerakas), pasando por pequeñas calas de complejo acceso (Tsigkrado, Papafragas), siempre encontraremos la playa que nos pueda permitir disfrutar de un agradable día.
En nuestro caso, y si tuviéramos que hacer una pequeña selección, nos quedaríamos con las de Sarakiniko, Firiplaka, Paliochori, Voudia y Alogomandras.
Finalizamos aquí nuestra estancia en la isla de Milos. Nos dirigimos a otra isla griega, mucho más célebre y animada. Pero eso, ya sabes… ¡lo contaremos en la próxima entrada del blog!