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Qué hacer en Death Valley, el valle desértico más extremo

Qué hacer en Death Valley, el valle desértico más extremo

Situado en el sureste de California, el Death Valley National Park es un parque nacional de más de 13500 kilómetros cuadrados, árido y agreste, de paisajes inhóspitos, en que las temperaturas y la sequía alcanzan valores extremos y el paisaje adopta formas de inusitada belleza. Con llanuras que se sitúan a 85,5 metros bajo el nivel del mar (Badwater Basin) y picos que sobrepasan los tres mil metros (Telescope Peak, 3368 m), alberga el récord de temperatura en el planeta Tierra (56,7ºC, en el año 1913) y se caracteriza por una extrema aridez (50 – 60 mm de lluvia al año).
A pesar de su nombre, también alberga una interesante y profundamente adaptada flora y fauna. No en vano, más de 50 especies de mamíferos, 300 de pájaros y 30 de reptiles habitan la zona.
Se han encontrado vestigios de culturas amerindias en la zona, que se remontan a hace más de 9000 años, en que cazadores y recolectores poblaban el valle. Fue en el siglo XIX, con la fiebre del oro, cuando la zona comenzó a ser explorada y, posteriormente, explotada en busca de minerales como el bórax, el oro, el cobre y la plata.
Coloridas montañas debido a los diversos minerales de la zona.
A comienzos del siglo XX comenzó el turismo en Death Valley, siendo declarado este Monumento Nacional en el año 1933, Reserva de la Biosfera en 1986 y, finalmente, Parque Nacional en 1994.
En la actualidad, algo más de un millón de personas lo visitan cada año, en busca de sus paisajes y condiciones extremas pero, sin duda, repletos de belleza.
En nuestro caso fue una de las grandes sorpresas del viaje; le dedicamos algo más de medio día y nos llevamos una excelente impresión. ¿Nos acompañáis a descubrirlo?
¡Bienvenidos a Death Valley!

¿CÓMO LLEGAR A DEATH VALLEY?

La mayor parte de la gente que se acerca a conocer Death Valley lo hace llegando desde Las Vegas, bien entrando por la 374 desde la localidad de Beatty o bien por la 190, situada algo más al sur.
Una de las opciones para llegar, desde Las Vegas, a Death Valley. La otra se desvía por Amargosa Valley hasta Death Valley Junction (tiempos similares).
Quienes vengan desde el norte (zonas de Mammoth Lakes y/o Yosemite) entrarán también por la 190, en la parte oeste del parque.
Desde Los Ángeles se puede llegar a la entrada del parque en unas cuatro horas.
Ruta desde Los Ángeles hasta Death Valley.
Conviene informarse previamente acerca del estado de las carreteras en la web oficial del parque, puesto que en ocasiones pueden encontrarse algunos tramos cerrados por mantenimiento, inundaciones (riadas ocasionales) u otros imprevistos.

¿DÓNDE ALOJARSE?

A pesar del entorno hostil, en el interior del parque hay unos cuantos alojamientos por si deseamos pasar más de un día visitándolo.
Existen unos pocos hoteles en Furnace Creek (The Oasis at Death Valley, desde 300 $ la noche), en Stovepipe Wells (Stovepipe Wells Village, desde 144 $/noche) y en Panamint Springs (164 $ la noche en habitación, tiendas desde 35$).
Si nuestro presupuesto es algo más ajustado y nos gusta el contacto con la naturaleza, existen diferentes campings en el parque. Algunos de ellos están abiertos todo el año y otros cierran en invierno; los precios parten desde los 14 $. Hay algunas zonas de acampada gratuita, bastante más sencillas. Aquí tenéis toda la información de la página oficial.
Habitualmente la visita a Death Valley lleva únicamente un día, por lo que no es necesario buscar alojamiento en su interior. Nosotros salimos de Las Vegas pronto por la mañana, pasamos el día recorriendo el parque y dormimos fuera del mismo, de camino a nuestro siguiente destino.
Aunque nos hallamos en un territorio hostil, existen diversas opciones de alojamiento en el parque.

¿QUÉ HACER EN DEATH VALLEY?

Este gigantesco parque nacional ofrece un buen puñado de lugares interesantes a los que acceder en vehículo. Las carreteras asfaltadas son buenas, siempre que las condiciones climatológicas respeten; las pistas de tierra que vimos no estaban mal, aunque hay algunas que sólo son accesibles en vehículo todoterreno (ver mapa).
Mapa oficial de Death Valley. Clic para hacerlo más grande.
Los principales lugares a visitar en el parque son los siguientes:
Badwater Basin: se trata de una profunda cuenca que comenzó a gestarse en el holoceno; en ella desembocan riachuelos que la cubren de agua de manera efímera tras las escasas lluvias de la zona. El resto del tiempo es una amplia llanura de sal que se corresponde con el punto más bajo de los Estados Unidos, nada más y nada menos que a 86 metros por debajo del nivel del mar.
Zabriskie Point: uno de los lugares más espectaculares del parque. Se trata de una parte de la Sierra Amargosa, de roca sedimentaria modelada por la erosión, con el paso del tiempo, creando curiosas formas. Un paisaje lunar, de tonos dorados y rojizos, donde tomar increíbles fotografías.
Panorámica del Zabriskie Point.
Artist’s Drive: la carretera serpentea, durante 14,5 kilómetros, por un paisaje de onduladas formas geológicas, muy coloridas, debido a la variedad de minerales que componen las rocas. El punto álgido de esta ruta es la Paleta del Artista (Artist’s Palette), en que se mezclan las tonalidades amarillas con trazos rojizos, verdes y azulados.
Dante’s view: un espectacular mirador situado a más de 1600 metros de altitud, desde donde contemplar la práctica totalidad del parque.
Inmensas vistas desde Dante’s View. La gran llanura de sal es Badwater Basin, casi 2000 metros bajo nuestros pies.
Furnace Creek: un breve paso por el Centro de Visitantes del Parque es obligatorio para comprar la entrada al parque y para poder obtener mapas, información y ver alguna de las interesantes exhibiciones del recinto.
Mesquite Flat Sand Dunes: bellas dunas de arena fina a las que las luces del atardecer les confieren unos colores hermosos. Merecen una visita.
Racetrack playa: aunque quizá sea uno de los lugares más curiosos del parque, su difícil acceso (pistas no asfaltadas en regular estado que requieren el uso de vehículo todoterreno) hace que no sea demasiado visitada. Se trata de una laguna seca en la que las piedras parecen haberse movido dejando un rastro en el suelo; a pesar de que hay varias teorías sobre este movimiento, todavía no se ha podido comprobar cuál es la correcta.
Senderismo: en el parque existen numerosas rutas para hacer caminando. Se recomienda evitar las horas de mayor exposición solar, realizar las rutas entre noviembre y marzo y llevar agua muy abundante. Las zonas más elevadas garantizan una temperatura algo más fresca que las del fondo del valle.
Regresando tras el paseo a Natural Bridge, una sencilla ruta de senderismo.

DATOS PRÁCTICOS PARA VISITAR DEATH VALLEY

Death Valley es un lugar fascinante, pero si no tomamos una serie de precauciones puede resultar peligroso debido a sus condiciones extremas. Pasamos a detallar una serie de consejos que pueden ser útiles para la visita al parque.
¿Cuándo visitarlo?: a pesar de que el parque es interesante en cualquier época, probablemente la peor sea el verano por las elevadas temperaturas.
Precio: la entrada a Death Valley cuesta 30 $ por vehículo, independientemente de la gente que vaya dentro, y es válida durante siete días. Si disponemos del Annual Pass, la entrada al parque está incluida.
¿Cuánto tiempo dedicarle?: para la mayor parte de la gente, con un día podemos visitar los puntos más interesantes. Si deseamos realizar excursiones o visitar todos sus lugares de interés, necesitaremos más días. Si sólo disponemos de unas horas, visitando Badwater Basin, Zabriskie Point y Artist’s Drive tenemos una buena introducción al parque.
Calor: en Death Valley siempre hace calor, con temperaturas extremas (en verano es relativamente fácil que se superen los 45 o 50º C). Se recomienda llevar ropa adecuada, agua muy abundante y evitar la exposición prolongada al sol.
Agua: es aconsejable llevar agua muy abundante; la sensación de sed se hace patente enseguida que abandonamos el aire acondicionado del coche. Si nos planteamos realizar alguna excursión, deberíamos contar con 2 litros para excursiones breves y 4 o 5 litros para excursiones algo más largas. No existen fuentes o arroyos donde poder rellenar las botellas.
Sol, calor y ausencia de agua. Condiciones poco agradables, ¿no?
Gasolina: las distancias en el interior del parque son largas, por lo que se recomienda llevar el depósito lleno. No obstante, podemos repostar en Furnace Creek, Stovepipe Wells Village y Panamint Springs, aunque a un precio más elevado de lo habitual.
Animales peligrosos: en este entorno desértico podemos encontrar serpientes de cascabel, escorpiones y arañas (la famosa viuda negra), todos ellos potencialmente peligrosos. Se recomienda llevar buen calzado y nunca pisar ni apoyarse en lugares que no hayamos inspeccionado previamente.
Gafas de sol: el entorno, en el que predominan el blanco y los tonos amarillentos, refleja con fuerza la luz del sol. Imprescindibles.
Protector solar: otro de los imprescindibles.
Precaución al volante: las carreteras asfaltadas están impecables. Sin embargo, hay pistas de tierra en las que es preciso conducir con mucha precaución y otras en las que sólo nos podremos adentrar si disponemos de un vehículo 4×4.
Las carreteras asfaltadas están muy bien. Si conducimos por pistas debemos ser cautos.

NUESTRA EXPERIENCIA EN DEATH VALLEY

Nos despedimos de Las Vegas temprano, para tomar la carretera 95 en dirección noroeste. Poco tráfico en las largas rectas que atraviesan el desierto. Son 189 kilómetros (1 hora y 45 minutos) hasta la localidad de Beatty, la última antes de entrar en Death Valley National Park. Hacemos una breve parada para repostar y comprar algo de agua, antes de continuar en dirección oeste por la 374, que nos lleva al interior del parque.
Estas largas y poco transitadas carreteras son las que nos llevan a Death Valley.
En una interminable recta encontramos el cartel de bienvenida a Death Valley, donde es prácticamente obligatorio detenerse a tomar alguna fotografía.
Una vez dentro del parque nos dirigimos a Furnace Creek, donde está el centro interpretativo. Dado que ya tenemos el Annual Pass de los parques nacionales, no tenemos que pagar entrada en Death Valley. Echamos un vistazo al local y enseguida nos disponemos a visitar algunos de los lugares más representativos del árido parque. Son, aproximadamente, las 11 de la mañana y la temperatura es moderada para lo habitual en la zona (entre 35 y 40ºC, según el termómetro del coche).
En primer lugar nos dirigimos al sur, en busca del punto más bajo de todo el parque y de todos los EEUU: Badwater Basin. Dejamos el coche en el aparcamiento y nos ponemos crema solar abundante. Al salir, el sol y el calor nos golpean con fuerza; estamos en un auténtico horno natural. Caminamos unos pocos metros hasta el cartel explicativo: nos hallamos a 85,5 metros bajo el nivel del mar.
Salimos del coche para descender a la inmensa llanura.
Sí, sí: ¡85,5 metros por debajo del nivel del mar!
Fijaos bien: ahí arriba, en la montaña, está el nivel del mar.
Frente a nosotros vemos una infinita llanura de sal de 322 kilómetros cuadrados, árida y desolada. Los pasos de los visitantes han creado una suerte de sendero por el que avanzamos unos minutos para alejarnos del resto de viajeros que están hoy conociendo el parque. Bien provistos de agua y gafas de sol, tomamos unas graciosas fotografías en este paraje tan peculiar.
Montañas y llanura.
Con la vista en el horizonte.
¡Yuju!
Tras unos 20 minutos, y algo agobiados por el sol y el calor, regresamos al coche. ¡Cuánto se agradece el aire acondicionado!
Regresamos hacia el norte unos 5 – 6 kilómetros hasta toparnos con un desvío, hacia la derecha, señalizado como «Natural Bridge». Una pista, apta para cualquier tipo de vehículo (aunque con cuidado) nos acerca al inicio de una de las rutas de senderismo más sencillas de todo el parque.
Dada la «benévola» temperatura hoy, cogemos una pequeña mochila con agua abundante y recorremos los 1,6 kilómetros del cañón que nos llevan hasta el arco de piedra. Aunque no es demasiado llamativo, nos gusta caminar y no queríamos quedarnos sin hacer una pequeña ruta en el parque. En total nos cuesta, ida y vuelta, unos 45 minutos.
Este arco de roca es el «Natural Bridge»; aunque curioso, nada del otro mundo.
Caminar por este cañón es bonito; cuidado donde pisamos puesto que en él habitan serpientes de cascabel.
Saliendo del cañón. Al fondo, Badwater Basin.
Seguimos conduciendo por Death Valley, hasta encontrar otro desvío a la derecha, que nos lleva por la Artist Drive. Se trata de una carretera perfectamente asfaltada, aunque de un único sentido, que a lo largo de 14,5 kilómetros atraviesa un terreno ondulante y hostil, de arena y rocas amarillentas y marrones, y que parece pertenecer a otro planeta. De vez en cuando, en los puntos más fotogénicos, hay un pequeño aparcamiento para dejar el coche y salir a retratar el paisaje.
Pero, sin duda, el lugar más llamativo es el conocido como Artist’s Palette. Los diversos minerales presentes en la zona tiñen las paredes de numerosos colores, creando un entorno irreal. Las fotos, probablemente, no sean capaces de captar toda la esencia de este lugar.
En uno de los miradores de Artist Drive.
Posando con Artist’s Palette.
Detalle de los colores de las montañas.
Justo antes de llegar, nuevamente, a Furnace Creek, tomamos un desvío hacia el sureste, que asciende progresivamente hasta llegar al Zabriskie Point, otro de los puntos álgidos de Death Valley. Posiblemente se trate del sitio más fotografiado del parque, el cual se abarrota de gente con las luces del amanecer y el atardecer.
Salimos del coche y buscamos, caminando unos pocos metros, el mejor punto desde el que tomar fotografías a las erosionadas laderas amarillas de las montañas. Luces y sombras juguetean en los recodos rocosos, realmente hermoso.
¡Qué grandioso es Death Valley!
A esa curiosa formación se le conoce como Manly Beacon.
Regresamos al coche y continuamos ascendiendo por la carretera durante, más o menos media hora, hasta alcanzar los 1669 metros del Dante’s View, un excelente mirador. Desde el coche tenemos un paseo de 10 – 15 minutos, en ascenso, hasta la cima más alta, desde donde contemplamos la inmensa panorámica.
En este momento nos percatamos de la gigantesca magnitud del parque. El día despejado nos permite contemplar la laguna salada en su totalidad, así como ver las cimas alejadas que se elevan holgadamente por encima de los 3000 metros. La vista es magnífica en cualquier dirección.
Caminamos por el evidente sendero hasta llegar a la parte más alta.
Death Valley a nuestros pies.
Aunque estaríamos aquí toda la tarde (suponemos que el atardecer debe de ser precioso desde este punto), lo cierto es que debemos continuar la ruta. Regresamos a Furnace Creek y seguimos hacia el norte, para posteriormente desviarnos al oeste por la carretera 190.
Tras este último desvío, en pocos kilómetros llegamos a las Mesquite Flat Sand Dunes, el mayor campo de dunas de Death Valley. Merece la pena pasear un poco por estas pequeñas dunas que, con las luces del atardecer, nos regalan unos colores preciosos.
Tonos cálidos al atardecer.
Con los últimos rayos de sol abandonamos el parque, en dirección oeste, hasta llegar a nuestro alojamiento en Mammoth Lakes. Esta zona montañosa repleta de lagos será nuestro próximo destino pero, ya sabéis, lo contaremos en la próxima entrada del blog.
Con esta sonrisa nos despedimos de Death Valley.

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