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Qué hacer tres días en Roma: datos prácticos

Qué hacer tres días en Roma: datos prácticos

A estas alturas todos sabemos que esta fabulosa ciudad no puede ser resumida en una entrada del blog, que serían necesarios libros y libros (y más libros) para profundizar, al menos un poco, en toda la historia y arquitectura que nos ofrece, cual enorme museo al aire libre. Porque, está claro, con tres días en Roma no tenemos suficiente para exprimirla al máximo. Se trata de una ciudad inabarcable, en la que nunca dejaríamos de descubrir históricos monumentos o nuevos rincones. Pero lo que también es cierto es que si tenemos tres días para recorrerla y nos organizamos bien, podremos visitar sus lugares más relevantes. Así que si quieres hacer una escapada a Roma no lo dudes: ve comprando los billetes y sigue leyendo nuestra guía sobre la ciudad eterna.
Felicidad en Piazza Navona

¿CÓMO LLEGAR A ROMA?

Para llegar a Roma desde otros países lo habitual es hacerlo en avión. Existen dos aeropuertos, el principal (Fiumicino) y otro más pequeño aunque también muy transitado (Ciampino). Las conexiones con España son muy frecuentes, con unos diez vuelos diarios tanto desde Madrid como desde Barcelona. Roma también tiene vuelos frecuentes al resto de países europeos, así como numerosas conexiones directas a países de Norteamérica, Sudamérica y Asia.
La célebre y concurrida escalinata de Piazza Spagna.
Para ir/volver desde el aeropuerto de Fiumicino al centro de Roma existen varias posibilidades:
Tren Leonardo Express: conecta, en un trayecto de 32 minutos, el aeropuerto con la principal estación de tren, Roma Termini. Parte del aeropuerto entre las 06:23 h y las 23:23 h, con una frecuencia de 15 o 30 minutos. El precio del billete es de 14 €.
Tren regional: aunque es algo más lento, cuesta sólo 8 € y efectúa paradas en el Trastevere y Roma Tiburtina, entre otras.
Autobús SIT: cada 20 – 30 minutos sale del aeropuerto (desde las 07:15 hasta las 00:40 h), hace paradas en Via Crescenzio (junto al Vaticano) y en Roma Termini. El trayecto completo Aeropuerto – Roma Termini es una hora (45 minutos si bajamos en Via Crescenzio). El precio del billete es de 6 €.
Autobús TAM: conecta el aeropuerto con Roma Termini, haciendo parada también en Roma Ostiense. Tiene la ventaja de que también hay autobuses a lo largo de toda la noche. El trayecto completo dura unos 40 – 50 minutos, y cuesta 6 €.
Autobús RomeAirportBus by Schiaffini: 6,90 €; desde las 06:05 h hasta las 00:00 h.
Taxis: son la opción más cómoda pero notablemente más cara, 48 € el trayecto (precio fijo).
Impresionante el Coliseo.
Las comunicaciones del aeropuerto de Ciampino con el centro de Roma son menos variadas, siendo la recomendable el autobús:
Autobús SIT: trayecto de 35 minutos, cuesta 6 €. Desde las 07:45 h a las 00:15 h, con frecuencias cada 30 – 45 minutos.
Autobús Terravision: 5 €; desde las 08:15 h a las 00:15 h, cada 30 – 40 minutos.
Autobús RomeAirportBus by Schiaffini: 5,90 €; cada 30 minutos desde las 07:50 h hasta las 22:00 h, con menor frecuencia desde las 04:00 h hasta las 07:50 h y desde las 22:00 h hasta las 23: 45 h.
Taxi: precio fijo de 30 €.
El Foro, visto desde arriba.
Si estamos viajando por Italia, lo más probable es que lleguemos a Roma en tren. Tal y como hemos comentado previamente en las entradas de Venecia y Bolonia, la red ferroviaria en Italia es excelente, por lo que la conexión entre Roma y el resto de grandes ciudades italianas es óptima (Bolonia 2 horas, Milán 3 h, Venecia 3 h 30 min, Nápoles 1 h y 15 min…). La estación principal de tren de Roma es Roma Termini, situada relativamente céntrica, desde la cual parten incontables líneas de autobús urbano hacia los diferentes puntos de la ciudad. Otra estación importante es Roma Tiburtina, algo más alejada del centro.
Arco de Septimio Severo, en el Foro.

¿CÓMO MOVERSE POR ROMA?

A pesar de la gran extensión de Roma, no creemos descabellado afirmar que es una ciudad relativamente manejable a pie, puesto que la mayor parte de los lugares a visitar se encuentran en el centro de la ciudad. Así, si nuestro alojamiento se halla bien situado y nos gusta pasear, tomaremos el transporte urbano en muy contadas ocasiones.
Caminando por el Foro. Caminar es la mejor opción en Roma.
No obstante, conviene conocer las diferentes opciones para moverse por la ciudad:
Autobús urbano: la red de autobuses urbanos de Roma es enorme, llegando a prácticamente cualquier lugar de interés. Sin embargo, resulta algo difícil entenderlas y, en muchas ocasiones, la puntualidad brilla por su ausencia.
Metro: en Roma únicamente hay 3 líneas de metro; sin duda son ideales para recorrer grandes distancias.
Tren de cercanías: también tiene tres líneas, aunque no son demasiado útiles para moverse entre los lugares turísticos.
Tranvía: aunque hay varias líneas, no resultan muy prácticas ya que apenas pasan por las zonas turísticas.
Taxi: de precio elevado, tienen cierta fama de (en ocasiones) dar rodeos innecesarios o cobrar suplementos no pertinentes.
Las Termas de Caracalla están bastante alejadas del centro. Quizá sea de los pocos lugares en que emplearemos el transporte público para llegar.
Los billetes, que son integrados para todos los medios de transporte, se compran en quioscos, máquinas automáticas (en el metro) y en las oficinas de ATAC, la empresa de transporte urbano de Roma. Recordad que es necesario validar el billete antes de realizar el trayecto.
El billete sencillo cuesta 1,50 €, mientras que el bono de 24 horas cuesta 7 €, el de 48 horas 12,5 €, el de 72 horas 18 € y el semanal 24 €.
Conviene prestar especial atención a nuestras pertenencias en el transporte público, en el que los borseggiatori (carteristas) campan a sus anchas. Y sí, hay muchos, así que cuidado.
Cuidado también en los sitios con aglomeración de gente como, por ejemplo, la Fontana di Trevi.
El grandioso monumento a Vittorio Emmanuele II.

¿DÓNDE ALOJARSE?

Un simple vistazo a cualquier página de reserva de hoteles nos da un resultado de casi 5000 alojamientos en la ciudad. Evidentemente, hay de todos los tipos, calidades y precios.
Resulta imposible decantarse por una zona concreta donde focalizar nuestra búsqueda, puesto que todo el centro histórico de la ciudad es buena opción. Aunque buscar por el Vaticano, el Trastevere o los alrededores de Roma Termini generalmente supone encontrar mejores precios, buscando bien se pueden encontrar opciones igualmente recomendables en zonas más céntricas. En nuestro caso nos alojamos cerca de la Via del Governo Vecchio, próxima a Piazza Navonna y a tan solo diez minutos del Vaticano, por muy buen precio y en una zona con muchos y buenos restaurantes. Repetiríamos.
El Trastevere está cada vez más de moda para buscar alojamiento.
Si cruzamos al otro lado del Río Tíber, cerca del Vaticano, los alojamientos son algo más baratos.

¿QUÉ VER EN ROMA?

– ¿Pero no decíais que la lista de cosas a ver en Roma es interminable? ¡Que no queremos estar aquí leyendo hasta pasado mañana! – pensaréis.
Toda la razón. Es imposible resumir, aunque sea con unas escuetas palabras, todos los lugares a visitar en Roma. Cada pocos metros hay algunas ruinas, una iglesia o algún otro edificio interesante, por lo que la lista se hace casi infinita.
El Moisés de Miguel Ángel, en la Iglesia de San Pietro in Vincoli.
Vamos a detallar un poco los lugares más relevantes, los que consideramos imprescindibles si viajamos tres días a Roma; recomendamos que os hagáis con una buena guía de bolsillo para llevarla en vuestro viaje y exprimir, así, la visita al máximo.
Coliseo: quizá sea la imagen más icónica de Roma, su símbolo más reconocible. Denominado originalmente Anfiteatro Flavio, su construcción se llevó a cabo en el siglo I, en pleno imperio romano. Con capacidad para 65000 espectadores y un tamaño de 189 x 156 metros (y 54 metros de alto), fue utilizado durante unos 500 años para celebrar todo tipo de espectáculos, destacando las peleas de gladiadores y animales salvajes. En siglos posteriores pasó a ser cementerio, castillo y fortaleza. En la actualidad es, probablemente, el monumento más visitado de Roma. La entrada, que incluye Coliseo, Foro y Palatino, cuesta 12 €; sin embargo, si queremos evitar las larguísimas colas que se forman (de más de una hora habitualmente), podemos comprarlas online por 14 €.
Largas colas para entrar al Coliseo.
Foro: el centro de la vida comercial, religiosa y gubernamental de la antigua Roma. Se trata de un gigantesco complejo en el que destacan, entre otros,  los arcos de Septimio Severo y Tito, los templos de Saturno, Cástor y Pólux, etc…
Palatino: el monte Palatino es una de las siete colinas de Roma, situada junto al Foro; según la leyenda es donde Rómulo fundó la ciudad de Roma. Habitado desde el año 1000 a.C., en la actualidad tiene restos de notable interés, como el Domus Flavia, la Casa de Augusto, los Jardines Farnesianos o el Hipódromo de Domiciano. Desde el monte Palatino se tienen las mejores vistas del Foro.
Vaticano: esta pequeña ciudad-estado situada en el corazón de Roma, también denominada Santa Sede, alberga la máxima institución de la iglesia católica. La Basílica de San Pedro, la iglesia más grande del mundo, es su principal atracción turística (acceso gratuito, subida a la cúpula 8 €). Los Museos Vaticanos (entrada 17 €, anticipada por internet 21 €), con una vasta e impresionante colección de esculturas y pinturas (entre las que destaca la celebérrima Capilla Sixtina), son otra de las visitas imprescindibles en Roma.
Caminando por la Via della Conciliazione, de camino al Vaticano.
Interior de la Basílica de San Pedro.
Panteón de Agripa: otro símbolo de la ciudad, se trata de un templo de forma circular construido en el siglo II, y modificado y ampliado en siglos posteriores. Su inmensa cúpula, con un óculo de 9 metros de diámetro, es una auténtica maravilla arquitectónica.
Milenios (literalmente) de historia.
Piazza Navona: concurrida a todas horas, la Piazza Navona es uno de los puntos turísticos más relevantes de la ciudad. Construida en el siglo XV sobre lo que fue un estadio en la antigua Roma, en la actualidad destacan en ella las tres fuentes (Fuente de los cuatro ríos, Fuente de Neptuno y Fuente del Moro) y la Iglesia de Santa Inés en Agonía.
Bellísima Piazza Navona.
Piazza Spagna: otra popular plaza, famosa por su gran escalinata (135 escalones) que lleva a la Iglesia  Trinitá dei Monti, y la Fontana della Barcacia, obra de Pietro Bernini.
Fontana di Trevi: la más famosa de las fuentes de Roma. Construida a mediados del siglo XVIII, la gran obra del Océano domando a los hipocampos es otro de los iconos de la ciudad eterna. Y ya sabéis la leyenda: ¡si queréis regresar a Roma debéis tirar una moneda!
¡Nos encanta esta fuente!
Trastévere: de calles adoquinadas, estrechas e irregulares, es el barrio más coqueto de la ciudad. Además de poseer algunos interesantes monumentos, el Trastévere es un animado barrio perfecto para tomar algo o disfrutar de una deliciosa cena. No podemos perdernos tampoco la Basílica de Santa María in Trastevere, que posee bellos mosaicos en su fachada.
Impresionantes mosaicos en el interior de la Iglesia de Santa Maria in Trastevere.
Basílica de Santa María la Mayor: construida, ampliada y restaurada a lo largo de varios siglos, se trata de una basílica con varios estilos arquitectónicos. En su interior destacan la Capilla Sixtina (no confundir con la de los Museos Vaticanos), la Capilla Paulina y la Cripta de Belén.
Inmensa basílica.
Coloridas vidrieras iluminan la basílica.
Basílica de San Pietro in Vincoli: aunque decorada de manera menos profusa que la mayor parte de las iglesias de la ciudad, es imprescindible acercarse a visitarla para contemplar la célebre escultura del Moisés, de Miguel Ángel. Bajo el altar, dentro de un relicario, se hallan también las cadenas con las que San Pedro fue encadenado en Jerusalén.
Archibasílica de San Juan de Letrán: es la más antigua de las cuatro basílicas mayores, construida en el siglo IV (aunque posteriormente fue remodelada). Para muchos, una de las iglesias más bonitas de Roma. Muy cerca de allí se encuentra el edificio de la Escalera Santa, cuyos escalones fueron traídos desde Tierra Santa y se cree que son los originales que ascendió Jesús en el palacio de Pilato.
Bocca della verità: una gran máscara de mármol situada en una pared de la Iglesia de Santa María in Cosmedin; existen varias leyendas en las que se cuenta que si alguien mentía al introducir la mano en su interior, ésta le mordía. En la actualidad, hacerse una foto con la mano dentro de la boca es uno de los recuerdos que con más frecuencia se llevan los turistas a casa.
Esta es la Boca della veritá.
Termas de Caracalla: construidas en el siglo III, se trataba de unos enormes baños públicos  de gran lujo, con fastuosos mosaicos y profusa decoración en mármol. Aunque fueron destruidos por un terremoto en el año 847, las ruinas que todavía quedan en pie son impresionantes y nos transportan fácilmente a la época de esplendor del Imperio Romano. La entrada cuesta 8 € (12 € si se reserva online). Desde hace poco tiempo se puede complementar la entrada con unas gafas de realidad virtual, que hacen la experiencia mucho más interesante.
– Otras visitas a destacar, entre otras, son la Iglesia de Santa María della Vittoria, la Piazza della Republica, la Piazza Colonna, el monumento a Vittorio Emmanuele II o el Teatro de Marcelo.
Interior de la Basílica de Santa Maria sopra Minerva.
Detalle de la Columna de Marco Aurelio.
Éxtasis de Santa Teresa, de Bernini.
Detalle de uno de los frescos de la Iglesia de Jesús.
– ¡Oid, chicos! – exclamáis – ¿nos recomendaríais algún sitio para comer o cenar?
¡Sin duda! Las opciones de restauración en Roma son variadísimas, de todos los precios y en toda la ciudad. Nosotros recomendamos, especialmente tres (todos ellos cerca de Piazza Navona):
– Alfredo e Ada: pequeña trattoria a buen precio. Imprescindible llegar pronto, incluso antes de que abran, para poder encontrar sitio. Pedid la lasaña de alcachofas y no os arrepentiréis.
– Da Simo Pane e Vino: buen ambiente y camareros muy simpáticos. La mejor pizza y pasta que probamos en todo el viaje. Nos lo recomendaron y, a partir de ahora, lo recomendamos nosotros.
– Cantina e Cucina: lo reconoceréis por las largas colas que hay a todas horas en su entrada. Buenos detalles (ofrecen picoteo y prosecco a quienes esperan en la fila), ambiente cálido y comida riquísima.
Haciendo cola (cuando había poca) para entrar a Cantina e Cucina. ¡Qué bien cenamos allí!
Hasta aquí todos los datos prácticos para una visita a Roma en tres días. Como imprescindibles: preparaos para caminar (tranquilamente, disfrutando la ciudad), cuidado con los borseggiatori en los transportes públicos y llevad una buena guía que os explique los pormenores de todos los lugares de interés. Seguro que podréis disfrutar al máximo esta preciosa ciudad.
Si queréis saber cómo organizamos nuestra visita de tres días a Roma, estad atentos a la próxima entrada del blog, donde lo detallamos todo.
No, no es el Coliseo. Es el Teatro Marcelo. ¿A que mola?

Y, por cierto: aunque nosotros siempre viajamos por libre, en muchas ocasiones puede resultar más fácil y cómodo reservar visitas guiadas. Aquí debajo te dejamos algunos enlaces para actividades de este tipo con Civitatis.

2 comentarios

  1. Hola. ¿Qué tal estáis?

    Tremendo el post. Enhorabuena.

    Intentaremos volver a Italia, ya que solo pudímos ver Florencia y Pisa y dar por seguro que estudiaremos este post. ��

    Saludos.

    Del tema de los carteristas, mejor lo dejamos… Una pena. ��

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