
Comienza nuestra gran aventura, comienza el trekking al Campo base del Everest. Tenemos por delante doce días de ardua caminata, en los que recorreremos algunos de los paisajes más espectaculares del planeta. De valles infinitos, altísimas cumbres y glaciares magníficos. De momentos de incertidumbre y cierto sufrimiento, pero de otros tantos de disfrute sin igual.
Comienza el trekking al Campo base del Everest, con la etapa inicial desde la población de Lukla a la pequeña localidad de Monjo. Hoy damos nuestros primeros pasos. ¿Nos acompañas?
Índice de contenidos
Datos generales
Primera etapa del trekking, en que nuestras fuerzas y ganas de descubrir estos paisajes están a tope. Tras pagar el permiso del trekking se recorren paisajes boscosos y humanizados, atravesando numerosas poblaciones repletas de alojamientos, restaurantes y casas de té.
La jornada, repleta de subeybajas, comienza con tendencia al descenso hasta mitad de etapa, en que predomina el ascenso, siempre llevadero.
Hay quienes optan por finalizar esta primera etapa en la población de Phakding; nosotros preferimos alargarla hasta Monjo, de manera que la siguiente etapa (con más ascenso) se hacía más breve y nos permitía disfrutar más de la población de Namche Bazaar.

Datos técnicos
Fecha: 19 octubre 2022.
Inicio de la etapa: Lukla (2858 m).
Fin de la etapa: Monjo (2838 m).
Tipo de ruta: lineal.
Itinerario: Lukla – Cheplung – Chhuthawa – Phakding – Tok Tok – Monjo.
Distancia: 14,21 km.
Desnivel acumulado: 566 metros de desnivel positivo; 594 de desnivel negativo.
Altitud:
– Mínima: 2549 metros (puente cruzando río, antes de la población de Chhuthawa)
– Máxima: 2858 metros (Lukla).
Duración: 5 horas y 55 minutos, incluyendo paradas.
Dificultad/recomendaciones:
– Necesario parar, a la salida de Lukla, para obtener el permiso del trekking (2000 rp/16€ por persona). Allí dan también la Trekkers Card. Contar con unos 10-15 minutos para el trámite.
– Muchos de quienes realizan el trekking finalizan esta primera etapa en la población de Phakding. En nuestro caso la alargamos hasta llegar a Monjo, de manera que esta etapa se alargaba un poco pero la segunda, con más ascenso, se acortaba. En ese caso, Phakding es una población ideal para detenerse a descansar y/o comer, como hicimos nosotros.
– En la población de Tok Tok hay un pequeño puestecillo de control del trekking, donde piden la Trekkers Card y el pasaporte.
– En esta primera etapa se cruzan los primeros puentes tibetanos, lo cual es una gran experiencia para quienes no los conocen.
Track GPS: descargar aquí.
*NOTA: los tiempos, distancia y dificultades encontradas están basados en nuestra experiencia, teniendo en cuenta la climatología, nuestra forma física y experiencia en montaña. Hay que salir al monte siempre bien equipado, con el material y una preparación adecuados, y consultando previamente la previsión meteorológica.


Primera etapa del Trekking al Campo Base del Everest: de Lukla a Monjo
Llegamos a la población de Lukla tras un agradable y corto vuelo, de apenas veinte minutos, que nos ha traído desde el Aeropuerto de Ramechhap. Recogemos nuestras mochilas, pesadas, y salimos del siempre ajetreado Aeropuerto de Lukla.
Tras observar un par de aterrizajes, damos los primeros pasos de la ruta.


El día es soleado, aunque algo fresco a estas horas de la mañana, por lo que caminamos a buen ritmo por la calle principal de Lukla, deteniéndonos enseguida a comprar, en una humilde tienda, un mapa del trekking.

Ya con el mapa en nuestro poder seguimos recorriendo la población, con bastante ambiente, hasta llegar a la Pasang Lhamu Gate, la puerta de salida de la población. Descendemos unas pocas escaleras y enseguida reparamos en un gran edificio situado a mano derecha. Es allí donde debemos pagar el permiso del trekking (2000 rp/16 € por persona); además, nos dan la recientemente creada Trekkers Card, que permitirá en un futuro el control y la seguridad de los senderistas de manera más rápida y fiable.
Tardamos unos diez minutos en realizar el trámite, pero ya estamos totalmente preparados para continuar la ruta, con una gran mezcla de ilusión y ganas de conocer estos parajes.



Esta zona inicial del camino, empedrado en gran parte, comienza descendiendo por un terreno boscoso, por la margen izquierda del río. Periódicamente el bosque se abre, permitiéndonos contemplar al fondo alguna cumbre nevada, que comienza a conformar esos paisajes que tantas ganas tenemos de ver.

Mientras caminamos vamos pasando por numerosas casas de té, alojamientos, restaurantes… Territorio humanizado, con campos de cultivo y mucho trasiego de porteadores, lugareños y decenas de montañeros que, como nosotros, se animan con esta gran aventura.
Llegamos a la población de Cheplung, y nos vamos percatando de algunos detalles del camino que nos sorprenden. Frecuentes papeleras donde depositar la basura que se va generando, fuentes donde rellenar las botellas de agua (que potabilizamos con pastillas y, adicionalmente, filtros) e, incluso, algún baño público. El comienzo del trekking está muy bien preparado para el visitante, con comodidades inesperadas en estos recónditos lares.


Alternamos tramos de suave descenso con algunos llanos y pequeños repechos, todavía cómodos a pesar del peso de nuestra mochila. Pronto el valle se abre, permitiéndonos intuir por dónde transcurrirá el camino en los próximos kilómetros.
Pero antes, debemos cruzar el primero de los múltiples puentes tibetanos que encontraremos en el camino. Tras esperar unos segundos que un rebaño de burros lo cruce, nos dirigimos al puente metálico, el cual nos genera inicialmente una ligera sensación de vértigo. Tranquiliza, eso sí, comprobar que está en muy buen estado y transmite sensación de seguridad.



Superado este puente tenemos ya una deliciosa panorámica de cumbres elevadas, cuyo nombre desconocemos pero que nos dejan fascinados. Tirando de zoom observamos sus formas imposibles, verticales y de inusitada belleza.
Continuamos atravesando pequeñas poblaciones, de marcada esencia agrícola, pero siempre salpicadas de sencillos alojamientos donde detenerse, si se requiere, a tomar algo o pasar la noche. Periódicamente pasamos junto a alguna estupa o molinos de oración, los cuales debemos rodear o girar siempre en sentido de las agujas del reloj.



El camino sigue cómodo, y el día radiante. Podemos ir en manga corta y disfrutar de un tiempo benévolo en esta primera jornada. Seguimos alternando pequeños tramos de descenso con otros de ascenso, sin mayor dificultad.
Llevamos poco más de tres horas de caminata cuando llegamos a la localidad de Phakding. Aquí son muchos los que dan por finalizada la primera etapa, puesto que se trata de una población relativamente grande. Nosotros, sin embargo, preferimos detenernos a comer y descansar un buen rato en una agradable terraza, y luego continuar para alargar un poco esta primera jornada y que la segunda, de claro ascenso, resulte más cómoda.



Así, tras reponer energías, reemprendemos la marcha. Desde este punto el camino ya tiene una tendencia siempre ascendente aunque, salvo algún breve repecho, cómoda.
Atravesamos un nuevo puente colgante para cruzar a la margen derecha del río, por la que continuamos rumbo norte. Nos detenemos, aproximadamente, cada treinta o cuarenta minutos a reposar un poco y beber abundante agua. A pesar de que todavía no nos encontramos a gran altitud (en torno a 2600 metros), sabemos que el trekking es largo y que será fundamental para finalizarlo con éxito el hacer las cosas bien, y eso incluye una correcta aclimatación.


Cruzamos la pequeña población de Tok Tok y llegamos a un punto de control, el único de la ruta en el que comprueban la (todavía en fase de pruebas) Trekkers Card. Nos saludan, amables, y nos desean una feliz ruta.
A partir de este punto la senda vira hacia el este y se introduce en un valle cada vez más encajonado. Terreno rompepiernas, con frecuentes subidas y bajadas, pero siempre con tendencia ascendente.


El camino nos lleva unas decenas de metros sobre el río, que ruge furioso retumbando en las paredes del valle. A nuestro alrededor un frondoso bosque de coníferas muy agradable. Jornada perfecta en todos los sentidos.
Dejamos atrás la localidad de Benkar y, tras atravesar un nuevo puente tibetano, regresamos a la margen izquierda del río. Ahora caminamos por una zona que no recibe la luz solar directa, por lo que la sensación térmica desciende bastante. No obstante, dado que vamos superando un repecho tras otro, no pasamos frío.


Pronto divisamos, en primer plano, la localidad de Monjo, con la imponente figura del Kumbila/Kumbu Yui Lha (5761 metros) de fondo. Apenas nos queda descender unos metros por una parte del camino empedrada, cruzar un pequeño puente y remontar unos metros más para alcanzar la localidad de Monjo, final de la etapa de hoy.



Llegamos a nuestro alojamiento, el Mount Kailash, donde nos damos una merecida ducha de agua caliente, tomamos té mientras conversamos con otros montañeros y damos cuenta de una abundante cena.
Nos vamos pronto a dormir con un excelente sabor de boca de esta primera etapa del trekking, y con unas ganas enormes de continuar esta fascinante aventura.
Mañana toca la segunda etapa, que nos llevará desde Monjo hasta la célebre población de Namche Bazaar.
Pero eso, ya sabes…¡lo contaremos en la próxima entrada del blog!

No os podéis hacer a la idea de la emoción con que sigo vuestro relato!
En dos años, como mucho, estoy ahí.
Tenéis idea de hacer también un relato dd la preparación física que hicísteis?
¡Hola, Ana!
Pues nosotros también escribimos, emocionados, toda la ruta, que nos enamoró.
Seguro que cuando vayas por ahí te ocurre lo mismo.
No, no llevamos idea de escribir la preparación física porque no hicimos nada específico. Ambos hacemos deporte con asiduidad y salimos al monte con frecuencia, por lo que estamos más o menos «entrenados».
Un saludo
🙂
Pedro y Paula