
Emprender un viaje de dos semanas por Myanmar es una pequeña aventura fascinante y sumamente interesante, repleta de contrastes, antiquísimas tradiciones y paisajes fastuosos. Si bien un país de tan amplia extensión requeriría muchos más días para que pudiéramos conocerlo a fondo, consideramos que unos 15 días pueden ser perfectos para descubrir, con calma, los principales puntos de interés de Myanmar.

En nuestro caso visitamos los imprescindibles y archiconocidos Bagan y Lago Inle (donde realizamos el cautivador trekking de 3 días), las dos grandes urbes (Mandalay y Yangon*), los paisajes kársticos de Hpa An y el Myanmar más auténtico y menos visitado en la Golden Rock.
* Aunque el nombre en castellano es Rangún, de aquí en adelante utilizaremos Yangon por ser más práctico a la hora de organizar el viaje.

Teníamos pensado visitar alguna zona de playas para poner el gran broche final al viaje; sin embargo, Myanmar no destaca especialmente por sus playas (la de Ngapali es la más famosa). No resulta fácil llegar hasta este rincón del país, por lo que decidimos tomar un avión y finalizar el viaje en la vecina Tailandia, concretamente disfrutando de las idílicas playas de Railay y de la onírica isla de Koh Phi Phi, cumpliendo así con otro de nuestros sueños viajeros.

¿Cómo moverse por Myanmar?
Myanmar es un país extenso, en el que tenemos que cubrir grandes distancias entre un destino y otro. Por tanto, es necesaria una óptima planificación para movernos de la manera más eficiente posible.
Lo más habitual es llegar al país en avión, generalmente al Aeropuerto Internacional de Mandalay (MDL) o bien al Aeropuerto Internacional de Rangún (RGN). A partir de ahí, existen numerosas maneras de moverse por Myanmar, que pasamos a detallar en las siguientes líneas:
– Avión: es la opción más rápida para moverse grandes distancias por Myanmar, aunque a precio (evidentemente) más caro. Existen algunas conexiones entre Mandalay y Yangon y también, cada vez más, con otros destinos del país, como Nyaung U (cercano a Bagan) o Nay Pyi Taw (Naypyidó en castellano, la capital de Myanmar desde 2005). Nosotros no tomamos ningún vuelo interno.
– Autobús: es la opción más utilizada y barata, y que, además, nos permite mantener un contacto más estrecho con los lugareños, siendo partícipes de su día a día. Fue la que más utilizamos, y los autobuses nos parecieron relativamente cómodos y bastante prácticos. Incluso el bus nocturno que nos llevó a Hpa An era modernísimo y contaba con servicio de comida, agua, mantas… Como nota negativa, nos resultó difícil el trayecto entre Mandalay y Bagan. Pensábamos que iba a ser directo, pero, en realidad, el autobús nos llevó desde Mandalay hasta Nyaung U; allí tuvimos que tomar un taxi (más caro que el propio autobús, pero era de noche y no había otra opción) hasta New Bagan, donde nos alojábamos.

– Coche con conductor/guía: para recorrer los alrededores de Mandalay, donde existen numerosos puntos de interés, lo ideal es contratar un guía con coche para todo el día. Es, a pesar de su precio algo más elevado, la manera más práctica y, en definitiva, mejor, de visitar la zona.
– Taxi: puede ser una opción razonable para desplazarse por las grandes ciudades, aunque de precio bastante caro. Hay que negociar el precio (regateando); se puede solicitar que lo hagan por nosotros desde el hotel, aunque quizá no consigan el mejor precio.

– Autobús urbano: nosotros probamos el autobús urbano en Yangon y, aunque cuesta un poco aclararse con las líneas, resulta una elección muy barata, cómoda y bastante rápida.

– Moto/E-bike: alquilar una moto es la manera ideal de descubrir Bagan y la zona de Hpa An. No hay excesivo tráfico, se circula por pistas de tierra y permite moverse libremente, estableciendo la ruta que más nos interese. Las motos en Bagan son, casi todas, eléctricas (e-bikes), por lo que nos gustaron mucho más.
– Tren: Myanmar no es uno de esos países en que el tren es la mejor opción para moverse. Nosotros únicamente tomamos la línea circular en Yangon para ir al aeropuerto, lo cual tampoco resulta fácil del todo en este medio de transporte.

– Barco: en el Lago Inle, evidentemente, hay que moverse en barco. Se pueden compartir, como hicimos nosotros, con otros viajeros, de manera que resulta más económico.

– Caminar: el trekking de varias jornadas para llegar hasta el Lago Inle o el camino de vuelta desde la Golden Rock hasta Kin Pun los hicimos caminando por zonas rurales, muy auténticas. Como siempre, pensamos que caminar es la mejor manera de conocer la realidad de un país.

Nuestra ruta de 15 días por Myanmar
En nuestro caso, disponíamos de dos semanas para recorrer Myanmar, por lo que decidimos comenzar la ruta en Mandalay y finalizarla en Yangon, grandes ciudades con aeropuertos internacionales. De esta manera, optimizábamos los días y podíamos hacer un recorrido que nos permitiera descubrir lo más notable de Myanmar.

En este mapa de aquí arriba podéis, haciendo zoom, ver todos los lugares de interés en nuestro viaje a Myanmar, con todo lujo de detalles.
Vamos a desgranar un poco dicha ruta:
– Días 1 a 3. Mandalay y alrededores. Nos instalamos en el hotel y contemplamos el atardecer desde la Su Taung Pyae Pagoda, en lo alto de Mandalay Hill. Dedicamos el segundo día a recorrer los alrededores de Mandalay (Mingun, Sagaing, Innwa y el Puente U Bein) en coche, con guía. La mañana del tercer día es intensa, visitando varias pagodas, monasterios y el Palacio Real. Por la tarde cogemos un bus a Bagan.

– Días 3 a 5. Bagan. Llegamos por la noche, con el tiempo justo para dejar las mochilas y salir a cenar. Los dos días siguientes los dedicamos, desde el amanecer al anochecer, a recorrer los caminos de la zona, en moto, descubriendo los miles de antiguos templos del antiguo Reino de Pagan. Memorable.

– Día 6. Viaje a Kalaw. Toca madrugar para tomar la furgoneta algo destartalada que nos lleva a la estación de autobús de Nyaung U (unos 30-45 minutos). Allí tomamos una furgoneta/micro bus que nos lleva hasta Kalaw (unas 7 horas). Pasamos la tarde paseando por la ciudad, sin grandes puntos de interés.

– Días 7 a 9. Trekking del Lago Inle. Uno de los puntos fuertes del viaje. Son, aproximadamente, 60 – 65 kilómetros recorriendo el Myanmar rural y más auténtico. Una delicia cultural, etnográfica y fotográfica. Inolvidable.

– Días 9 a 11. Lago Inle. Llegar a este rico oasis acuático en pleno centro de Myanmar tras el trekking es fascinante: navegar entre sus casas de madera, ver jardines flotantes, pescadores tradicionales (¡y otros no tanto!), mercados abarrotados de gente en las poblaciones de sus orillas… Un día en barca por el lago, desde el amanecer hasta el atardecer, nos regalará un sinfín de experiencias únicas.

– Día 11. Kakku. Un fantástico bosque de estupas (constituido por más de 2400 de ellas) es una visita casi obligada en los alrededores del Lago Inle. Tras ella, paseo por la ciudad de Nyaung Shwe antes de emprender el largo viaje en autobús (unas 16 horas) que nos lleva a Hpa An.

– Días 12 y 13. Hpa An y alrededores. Dedicamos el primer día, en su totalidad, a recorrer los fantásticos y sorprendentes alrededores de Hpa An en moto. Salvo el pequeño tramo de ciudad, con bastante tráfico, el resto es por carreteras o caminos poco transitados, descubriendo fantásticos paisajes de postal. La segunda mañana caminamos por la ciudad, visitando unos pocos lugares de interés; por la tarde toca traslado a la pequeña localidad de Kin Pun.

– Días 13 y 14. Golden Rock. Sin duda, el destino menos visitado por los viajeros extranjeros (¡aunque estaba repleto de turistas birmanos!). El ascenso vertiginoso en furgoneta es una experiencia en sí misma, aunque nada comparable con el hecho de ver la devoción de los lugareños en el templo de la gran roca dorada. El regreso hasta Kin Pun, caminando por un sendero por zonas rurales, fue una de las vivencias más impactantes del viaje. Por la tarde, viaje en bus de cuatro horas hasta Yangon.
– Días 14 y 15. Yangon. Si bien es cierto que Yangon no es una ciudad fascinante, merece la pena al menos un día entero para visitar sus principales puntos de interés. Entre ellos destaca, sin lugar a dudas, la Shwedagon Paya, de 99 metros de altura y un valor histórico, religioso y cultural incalculable. Por último, para ir al aeropuerto, lo hicimos tomando el tren circular, una pequeña aventurilla que os contaremos más adelante.
Una vez conocemos la ruta por Myanmar, hablemos del presupuesto necesario para llevarla a cabo. Pero eso, ya sabéis, ¡lo contaremos en la próxima entrada del blog!

Cada vez que leemos sobre Myanmar más ganas nos entra ir. Con todo lo que nos habéis ensañado en este post, ¿creéis que 15 días es un buen periodo de tiempo para conocer tranquilamente este país?
El post está genial chicos 🙂
Saludos
¡Hola!
Bueno, pues sí, para conocer lo fundamental del país (hoy en día) está bien con 15 días. Nos permitió tomarnos las cosas con bastante calma. Eso sí: hay zonas del país que deben de ser súper chulas y que todavía no son de acceso sencillo para el extranjero (requieren permisos especiales y demás…) y, probablemente, para poder conocerlas hagan falta más días. Pero vamos, así para un contacto bueno, con 15 días pensamos que está bien.
Un besico!