
Son incontables los tesoros que guarda la provincia de Huesca, y no cabe duda de que una de esas verdaderas joyas es el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara. Con más de 47000 hectáreas, este parque es un verdadero paraíso para los amantes de las actividades en la naturaleza, como el senderismo, la escalada, el barranquismo o la observación de aves.
El Parque, además, ha sido testigo de la presencia humana desde hace unos 30000 años. Prueba de ello son las muestras de pintura rupestre de los tres estilos clásicos del arte rupestre peninsular (Paleolítico, Levantino y Esquemático) que se pueden encontrar en diversos abrigos rocosos de la zona.
Una manera excelente de combinar, a la perfección, naturaleza y una pequeña introducción al arte rupestre del parque es la Ruta a los Abrigos de Quizáns y Chimiachas, que parte desde las proximidades de la bellísima localidad de Alquézar. ¿Nos acompañas a conocer un poco más?
Índice de contenidos
¿Cómo llegar?
La ruta propuesta se encuentra en el Somontano de Barbastro y podría comenzar perfectamente desde la propia población de Alquézar aunque, para hacerla algo más breve, se puede empezar desde las inmediaciones de la Ermita de San Gregorio, como fue nuestro caso.
Para llegar al punto de partida, en la rotonda justo antes de la entrada de Alquézar debemos girar a la izquierda, en dirección a los grandes aparcamientos. Justo al llegar al primero de ellos debemos tomar un nuevo desvío a la izquierda, indicado como Mesón de Sevil/San Pelegrín.
Dicho desvío nos lleva por una pista en buen estado, durante casi un kilómetro y medio, hasta llegar al cruce de la Ermita de San Gregorio. Justo allí hay hueco para aparcar unos pocos vehículos.

Datos técnicos
Fecha: 14 de noviembre de 2020
Inicio y fin de la ruta: inmediaciones de la Ermita de San Gregorio, en la población de Alquézar.
Itinerario: Aparcamiento – Puente Payuala – Balsas de Basacol – Abrigos de Quizáns – Abrigos de Chimiachas – San Pelegrín – Aparcamiento.
Distancia: 12,32 kilómetros.
Desnivel acumulado: 646 metros, tanto de desnivel positivo como negativo.
Altitud:
– Mínima: 743 metros.
– Máxima: 1116 metros.
Duración sin paradas: 3 horas y 40 minutos.
Duración, por partes:
– 25 minutos hasta las Balsas de Basacol (5 minutos de descanso).
– 1 hora y 10 minutos hasta los Abrigos de Quizáns (15 minutos de descanso)
– 2 horas y 15 minutos hasta los Abrigos de Chimiachas (50 minutos de descanso).
– 4 horas y 25 minutos hasta la población de San Pelegrín.
– 4 horas y 50 minutos hasta el coche.
Dificultad/recomendaciones:
– Ruta bien señalizada hasta los Abrigos de Quizáns y los Abrigos de Chimiachas. Si se realiza, como en nuestro caso, la ruta circular pasando por San Pelegrín, desde el desvío de los Abrigos de Quizáns no existirá señalización, aunque el camino a seguir resulta evidente (ver descripción).
– El tramo del barranco que lleva a los Abrigos de Chimiachas es frío, sombrío y húmedo. El terreno puede ser resbaladizo. Evitar en días de lluvia o tras la misma.
Track GPS: descargar aquí.
*NOTA: los tiempos, distancia y dificultades encontradas están basados en nuestra experiencia, teniendo en cuenta la climatología, nuestra forma física y experiencia en montaña. Hay que salir al monte siempre bien equipado, con el material y una preparación adecuados, y consultando previamente la previsión meteorológica.




Nuestra experiencia en los Abrigos de Quizáns y Chimiachas
Comienza una interesante jornada en la que vamos a descubrir el corazón del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, realizando una ruta a los Abrigos de Quizáns y Chimiachas, que nos han recomendado y tenemos muchas ganas de conocer.
Dejamos el coche justo en el desvío a la Ermita de San Gregorio, y comenzamos a andar por la amplia pista hasta encontrar, en unos pocos metros, el sendero que parte hacia la derecha y que hemos de tomar, en dirección a las Balsas de Basacol.

La senda comienza a descender realizando una amplia lazada, rodeando un pequeño barranco, por terreno de carrascas y algunos pinos sueltos. Una vez superado un nuevo desvío, siempre bien señalizado, nos dirigimos hacia las paredes que delimitan el Cañón de Payuala, con los característicos abrigos rocosos en sus paredes.

Superamos un tramo habilitado con una pasarela metálica para, poco a poco, adentrarnos en el estrecho cañón, mientras varios buitres sobrevuelan la zona. Ruta de interés ornitológico también.


Al final del encajonado sendero encontramos el Puente de la Payuala, que nos permite continuar caminando por la otra margen del barranco, donde nos espera un tramo de acusado ascenso y que nos deja ya en la inferior de las Balsas de Basacol (1,35 km; 25 minutos; 809 metros). Dichas balsas, que antiguamente abastecían de agua a la localidad de Alquézar, son un excelente punto para descansar y tomar bonitas fotografías, junto con el curioso esconjuradero* de la balsa superior.
* Un esconjuradero es una construcción típica del Pirineo aragonés utilizada para realizar rituales y así ahuyentar tormentas o plagas; la mayor parte de ellos fueron construidos entre los siglos XVI y XVIII, aunque este en concreto es mucho más moderno.



Retomamos la ruta regresando a una cómoda pista, que continúa en dirección norte, en ascenso suave. No obstante, pronto encontramos un nuevo desvío hacia la derecha, señalizando los Abrigos de Quizáns y Chimiachas. La ruta gana en pendiente y en altitud, por lo que pronto podemos disfrutar de una amplia panorámica del Cañón del Río Vero y, más al fondo, de algunas de las cumbres más relevantes del Pirineo.


El sendero serpentea esquivando matorrales, arbustos y un pequeño refugio para pastores construido con piedras, para desembocar nuevamente en la pista, desde la cual ya contemplamos la pared rocosa en que se encuentran los Abrigos de Quizáns.
Abandonamos pronto, de nuevo, la pista, siguiendo las indicaciones hacia la derecha por otro sendero algo más estrecho y que transcurre entre vegetación algo más frondosa. Periódicamente, no obstante, dicha vegetación se abre y nos permite contemplar el amplio y llano territorio del Somontano de Barbastro.



Llegamos a un cruce de caminos bien señalizado, punto clave de la ruta. Hacia la derecha lleva a los Abrigos de Quizáns, recto hacia los de Chimiachas y hacia la izquierda desciende en busca de la localidad de San Pelegrín. Nosotros, evidentemente, tomamos el sendero de la derecha que, en apenas dos minutos más, nos deja a los pies de los Abrigos de Quizáns (3,7 km; 1h y 10 minutos; 1050 metros).
Estas oquedades en la roca, creadas laboriosamente por el viento y el agua a lo largo del tiempo, ya fueron utilizadas en la prehistoria y, posteriormente, sirvieron de cobijo para los pastores de la zona.
Echamos un vistazo al panel explicativo y ascendemos al interior del abrigo. Allí, protegidas tras una reja metálica, podemos contemplar las representaciones simbólicas y abstractas en color rojo (color obtenido a partir de óxido de hierro de la roca), cuya antigüedad se estima en unos 5000 años. Se intuye la imagen de un ciervo y otros trazos menos evidentes, buen ejemplo de Arte Esquemático.
Además de las interesantes pinturas rupestres, los Abrigos de Quizáns son un excelente mirador desde el que se poseen amplias vistas.




Decidimos continuar la ruta regresando por el sendero hasta el cruce de caminos. Ahora debemos seguir las indicaciones que nos llevan en dirección norte, hacia el Abrigo de Chimiachas.
Caminamos a media ladera y, un poco más adelante, superamos el amplio Collado deros Tiestos, para descender unos pocos metros hasta encontrar el nuevo desvío, bien indicado, hacia el Abrigo de Chimiachas.



Ahora toca descender decididamente por un camino que se interna en un pinar y que, enseguida, se estrecha para pasar a ser una revirada senda. Dicha senda, fría, sombría y húmeda, sorprende por el cambio radical de paisaje y sensaciones. Caminamos con precaución puesto que el suelo está resbaladizo en este punto.
Tras pasar bajo un gran abrigo rocoso superamos un pequeño tramo de ascenso equipado con un cable, el cual suponemos que está allí colocado no por ser un tramo peligroso ni complicado, sino para evitar inesperados resbalones en la roca húmeda.



Afrontamos un último tramo de bajada que nos vuelve a dejar en el fondo del barranco y acometemos los últimos metros de ascenso, equipados con unas escaleras metálicas, para llegar al Abrigo de Chimiachas (6 km; 2 horas y 15 minutos; 930 metros). Se trata de una cavidad de 18 x 5 metros en cuyo interior, y protegida tras una verja metálica, podemos encontrar la mejor representación del Arte Levantino de toda la zona: el ciervo de Chimiachas.



Contemplamos la imagen durante unos largos minutos, siguiendo sus firmes y expresivos trazos, e imaginando a quienes, miles de años atrás, habitaron estas tierras y dejaron constancia en las cuevas de su presencia. ¡Menudo tesoro tenemos delante!
Nos sentamos un rato a descansar y comer algo, con fabulosas vistas del Barrancho de Chimiachas y las paredes que lo forman. Echamos un vistazo de nuevo al fabuloso ciervo y decidimos reemprender la marcha.

El primer tramo lo hacemos desandando nuestros pasos hasta llegar al cruce de los Abrigos de Quizáns. Allí, en vez de continuar recto (dirección Alquézar), por donde veníamos a la ida, decidimos tomar la pista que va hacia la derecha (oeste) y que, tras un par o tres de lazadas, siempre por dicha pista, nos lleva al fondo del Barranco de Payuala, amplio y repleto de cultivos en esta zona.

Allí nuestro camino se une con el que se dirige al Mesón de Sevil; en este punto debemos virar prácticamente 180º para tomar rumbo sur y llegar, en suave descenso, a la coqueta aldea de San Pelegrín (10,95 km; 4 horas y 25 minutos; 880 metros).



Contemplamos brevemente algunas de sus casas rehabilitadas, así como la plazoleta en que se encuentra la iglesia, antes de continuar la marcha por la cómoda pista que lleva, finalmente, al punto en que habíamos dejado el coche.
Así, la Ruta a los Abrigos de Quizáns y Chimiachas es una completa excursión, que nos permite descubrir algunos de los más importantes tesoros rupestres del Parque Cultural del Río Vero y del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara.

Gracias Paula, gracias Pedro, soy una referencia para nosotros ,os tenemos en acceso directo en favoritos y tomamos buena nota de vuestras experiencias. Un abrazo y no dejéis de saborear la vida al máximo como lo hacéis.
Toni.
¡Gracias por tus palabras, Toni!
Nos encanta compartir nuestros viajes y rutas por el Pirineo; y nos alegra mucho saber que hay quien se anima a conocer esos lugares que hemos escrito en el blog.
Seguiremos escribiendo y compartiendo, ¡claro que sí!
Un saludo,
Pedro y Paula